César Duvernay - 3/23/2010
El gobierno dominicano hizo entrega de una vivienda a Sonia Marmolejos, aquella parturienta que a raíz del terremoto que asoló Haití el pasado 12 de enero, amamantó a un grupo de bebes haitianos en el hospital Darío Contreras.
El fin de semana el presidente Leonel Fernández y la directora del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), Alma Fernández, hicieron entrega en el Palacio Nacional de las llaves a la beneficiaria.
Marmolejos, madre de cinco niños y residente en Barahona (sur), es una mujer humilde quien al enterarse de la tragedia en el vecino país, dejó su niño recién nacido y se trasladó por su propia cuenta hasta la capital para dar el seno a mas de una veintena de infantes lesionados que fueron movilizados desde Haití.
Aunque la prensa se encargó de difundirlo, y su imagen amamantando recorrió el mundo provocando lágrimas, la acción de Sonia nunca buscó rimbombancias y solamente obedeció a un particular deseo de ayuda por lo que perfectamente pudo haber pasado inadvertida.
Un gesto de nobleza extrema que muestra en mayúsculas, y sobre todo en momentos de una preocupante deshumanización mundial, amplios niveles de desprendimiento y de solidaridad humana. Pero que además grafica e interpreta lo que ha sido el accionar dominicano ante la desgracia, que tanto de manera pública como privada, ha brindado incondicional y abundantemente su mano amiga.
El gobierno hace bien en respaldar a esta madre; primero porque las buenas acciones deben ser potenciadas e incentivadas y segundo, porque lo que hizo Sonia nunca estuvo condicionado a recibir una recompensa y verdaderamente ella lo necesita.
Justo en momentos en que sectores interesados en hacer daño y/o dinero buscan desdibujar las cosas y mediante informes traídos por los moños presentarnos como discriminadores del pueblo haitiano, Republica Dominicana saca en la persona de Sonia Marmolejos el mejor botón de lo que somos y hemos sido históricamente con Haití.
http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=135902
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