domingo, 23 de enero de 2011

CRECIMIENTO, ¿PARA QUE?

Por Pelegrín Castillo*

1. ¡Dicen que “la economía creció 7.8%!”. Los dominicanos, debemos empezar a cuestionar esas “buenas noticias”, porque en verdad se trata de un crecimiento raro, anómalo, que rompe con muchos parámetros; y lo que está fuera de discusión, no llega a las mayorías porque sus frutos están muy mal repartidos, ya que tenemos, un proyecto nacional frágil y poco integrador.

2. Crecemos con alto desempleo, el doble del promedio de América Latina; con una desnacionalización brutal de los mercados laborales, propia de una zona de capitalismo salvaje; con salarios efectivos de principios de los 90’, con pocos vínculos con la productividad; con una clase media que en vez de consolidarse y expandirse se constriñe, mientras los programas asistencialistas refuerzan la pobreza actitudinal.

3. De igual forma, debemos cuestionar ese crecimiento por su gran concentración, bajo gasto social y mucho desequilibro entre las regiones. La concentración la podemos constatar en la propiedad, el crédito, las oportunidades de negocios, la información, y sobre todo, en las disfunciones de los mercados. El bajo gasto social puede comprobarse, penosamente, en los presupuestos asignados a educación, salud y servicios básicos; y el desequilibrio regional, salta a la vista en el peligroso abandono que sufre el Suroeste y las provincias fronterizas.

4. ¿Cuáles son las bases de ese crecimiento? Es cierto que tenemos un potencial extraordinario para convertirnos en una de las economías más fuertes y diversificadas de toda la región; pero no es menos cierto que algunos de sus rubros más dinámicos, en el presente, están siendo potenciados por fuerzas e intereses turbios, a través del lavado de activos y los esquemas de lucro fácil y consumo de súperlujo.

5. El balance social y nacional de ese crecimiento - “el más alto y sostenido” de toda América Latina en las últimas décadas - es de exclusión, marginalidad, informalidad. Algo que a su vez debilita los vínculos de millones de dominicanos y dominicanas con un estado marcado por una política, más capaz de dispensar favores que de garantizar derechos; y que a partir de esas y otras debilidades, tiene crecientes dificultades para el ejercicio de la autodeterminación en ámbitos de soberanía y de integridad territorial.

6. ¿Es sostenible ese crecimiento? La respuesta es no. Tengo la impresión de que sin el creciente y sostenido proceso de endeudamiento externo – estimulado o tolerado por los organismos internacionales, obedeciendo a realidades de la geopolítica insular – así como por las vías abiertas para facilitar la fuga al exterior de nuestro mejor recurso humano, la crisis nacional sería mucho más profunda, compleja, conflictiva.

7. Los dominicanos debemos luchar por fortalecer nuestro proyecto nacional para que el crecimiento económico resulte de real provecho para todos, es decir, un crecimiento con inclusión. Y el proyecto nacional se fortalece, cuando las clases dirigentes son capaces de concertar acuerdos; cuando tienen voluntad de hacerlos cumplir en el tiempo; cuando el objeto fundamental de los mismos es el interés de la nación y sus grandes mayorías; y sobre todo, cuando son capaces de convertirlos en políticas públicas que propicien en forma creciente, la integración de un número mayor de ciudadanos a la producción, el consumo y la ciudadanía efectiva. Ese es el gran reto…. y también la esperanza.

* Candidato Presidencial FNP.

http://www.pelegrin.do/articulo.php?id=11

No hay comentarios: