sábado, 19 de marzo de 2011

RELACIÓN DE CIUDADANÍA CON EL ESTADO

Por Santos Willy Liriano Mercado*

Nuestra vida transcurre de manera fundamental en contacto permanente con otras personas: nuestros familiares cercanos o no, amigos y amigas, compañeros y compañeras de trabajo, de estudios entre otros, procurando que nos entiendan y de entenderlos/as a ellos/as, de esta forma, vamos creando la red de relaciones a través, de la cual nos integramos socialmente siendo parte de grupos familiares, sociales o laborales, los cuales persiguen fines comunes y buscan resultados específicos.

Entre estas formas de relacionarnos se encuentra también nuestra relación con el Estado, el cual entenderemos como el territorio, el conjunto de personas que forman parte de ese territorio y el gobierno, que es la parte institucional a través de la cual se toman las desiciones. Por eso hay dos actores principales que se comunican y relacionan constantemente: El Estado y la Ciudadanía.

En consecuencia, considero que son tres conceptos generales los que hay que tener presente para facilitar esquemas de participación del ciudadano en asuntos del gobierno. El primero tiene que asegurarse que los funcionarios en turno no se “apropien” de los problemas, ya que en realidad los problemas que debe resolver el gobierno, son problemas de la sociedad y no son asuntos de exclusividad del grupo responsable en turno. El segundo concepto tiene que ver con la necesidad de inclusión (poner algo dentro de una cosa) de los ciudadanos, complementado con un tercer concepto que es la rendición de cuenta con transparencia.

Los constantes retos de una comunidad representan una realidad llena de problemas a resolver. Problemas que bajo ninguna circunstancia deben ser considerados como problemas exclusivos del gobierno y mucho menos de los funcionarios en turno. Y hay que hacer énfasis en el punto que los funcionarios simplemente tienen la responsabilidad temporal. Es frecuente escuchar de funcionarios gubernamentales referencias a los retos en forma que denotan que son problemas de ellos. Aunque se pudiera considerar loable la actitud, la realidad es que si vamos de paso por la vida, y nuestro paso por las instituciones, en la mayoría de los casos, es una responsabilidad limitada. ¿Qué son cuatro años para una comunidad multi-centenaria?, incluso ¿Qué son veinte o treinta años ante los casi quinientos años de luchas de nuestras comunidades?

Así que no hay que olvidar, si los problemas son de la comunidad, es en ella donde residen las soluciones. Los gobiernos, como responsables de los asuntos públicos, tienen la crítica responsabilidad de catalizar, involucrar y liderar a la comunidad en los esfuerzos para atender los retos. No ayuda mucho que los responsables temporales de los asuntos del gobierno, se adueñen de los problemas y sus soluciones.

La inclusión de los ciudadanos en los asuntos públicos se convierte en la condición necesaria para atender de manera integral las soluciones a los retos comunitarios. Inclusión que va mucho más allá de informar o invitar de manera general. Inclusión implica asegurar que los ciudadanos están dentro de la solución. Un reto mayúsculo en si mismo, pero posible e indispensable para un buen sistema democrático. Esto implica que los grupos de oposición, los medios de comunicación y los grupos de interés tendrán que ser incluidos. Aunque lo deseable es que la participación sea de gran parte de la comunidad, la historia nos enseña que normalmente, es un grupo reducido el que se involucra, de ahí la importancia de no discriminar a nadie que este interesado. Con la responsabilidad gubernamental de buscar incrementar el tamaño de ese grupo que tenga interés en los asuntos públicos.

De ahí la importancia del tercer concepto propuesto, la rendición de cuentas con transparencia para incrementar la confianza de la sociedad en su gobierno. Una rendición de cuentas que haga creíble la actuación del gobierno, que rompa con la percepción de que todo lo que tiene que ver con el gobierno son asuntos “arreglados” y de beneficio de unos cuantos.

Hay que revertir la tradición de que la rendición de cuenta es entre entes gubernamentales, por más que sean “representantes del pueblo”. Ante las evidencias de muchos casos inadecuados del manejo del conflicto de interés, grupos ciudadanos buscan incidir en cambiar las costumbres de los grupos con acceso a responsabilidades en los gobiernos.

* Dirigente FNP Santiago.

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