lunes, 19 de octubre de 2009

Dos presidentes para una isla (II)


Escrito por: Euclides Gutiérrez Félix (informacion@elnacional.com)
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El tema de Haití ha generado de nuevo la preocupación, ahora más justificada, después del nombramiento de Jimmy Carter y Bill Clinton, ex presidentes de los Estados Unidos de America, por el gobierno de ese país en función de guardianes ejecutivos misioneros de la isla de La Española. El señor Carter como supervisor de la República Dominicana y el señor Clinton como presidente, en funciones, sin recibir honorarios por sus servicios, del pueblo haitiano; pero en la realidad de los hechos lo que preocupa fueron las declaraciones del señor Carter, en relación con una supuesta campaña “binacional”, para erradicar la malaria, conocida popularmente con el nombre de paludismo, en la nación dominicana y el pueblo haitiano.

El autor de esta columna no va a interpretar, ni explicar, y menos justificar, lo que dijo el señor Carter; pero está en la obligación de reiterar que el paludismo no afecta a más del uno o el dos por ciento de la población dominicana; que para finales de la década de 1940 la tuberculosis, el paludismo, la filariasis, o sea, “las niguas”, y las enfermedades contagiosas como la viruela, el sarampión, la papera y las difteria, llamada “crup”, habían sido controladas y reducidas a su mínima expresión en la tenebrosa, asesina, violenta, intolerante, ejecutiva y efectiva, “Era de Trujillo”. Que año por año en las escuelas públicas y en los colegios privados los niños eran vacunados y que otras dolorosas enfermedades como la lepra, fueron reducidas también en un alto porcentaje para no decir que de manera total o definitiva.

Ahora, los misioneros políticos estadounidenses vienen a plantear “campañas binacionales” que más bien podrían ser, en caso de ser aceptadas, “campañas bilaterales”. En nuestro país hay cientos de médicos y enfermeras que pueden trabajar en una campaña real y efectiva para combatir lo que queda de paludismo y tuberculosis, que silenciosamente se ha extendido. En Haití no hay médicos suficientes para hacer absolutamente nada. Ignoramos si son ciertos los informes de que en Haití hay cerca de cuatrocientos médicos cubanos, desde hace años financiados por organismos internacionales, que fueron pedidos al comandante Fidel Castro por el presidente Préval García en la primera visita que Fidel realizó a nuestro país, en nuestra presencia cuando desempeñábamos la honrosa designación de acompañarlo como edecán civil, dispuesta por el presidente Leonel Fernández.

 Lamentamos infinitamente, porque no es necesario, la opinión de nuestro compañero Bautista Rojas de pedir excusas a Carter; el rechazo de nuestro canciller Morales Troncoso y de Humberto Salazar y de otras personas preocupadas por la manera torpe en que fueron expresadas, es la respuesta correcta y la expresión de una actitud digna frente a lo que constituye, sin ninguna justificación, una ingerencia que llegó tan lejos de anunciar, sin estar investido de ninguna autoridad, una reunión del presidente dominicano con el señor Préval García. Queremos recordar y no podemos renunciar a ello, que la última vez que Leonel Fernández Reyna estuvo en Haití, salvó la vida porque estaba acompañado de soldados dominicanos, serenos, valientes, decididos y en un vehículo manejado por un conductor, compañero de partido, de admirable experiencia, que tiene por nombre Paulino Sánchez Vásquez. Continuaremos…

http://www.elnacional.com.do/opiniones/2009/10/19/29491/CRONICA-DEL-PRESENTE

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