lunes, 12 de octubre de 2009

Señor Carter: lo que ha faltado es voluntad

Lic. Vinicio A. Castillo Semán - 10/12/2009

El ex presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, ha declarado que República Dominicana no es capaz ni tendrá forma alguna de evitar la emigración haitiana, en un mensaje claro al pueblo dominicano de que su único camino con respecto a lo que es una masiva invasión a su territorio, es resignarse y acomodarse a resolver sus problemas, conjuntamente con los de Haití.

El señor Carter ha confirmado la visión imperial que se tiene desde los centros de poder de su país sobre la existencia, para ellos inexplicable, de dos naciones en una pequeña isla del Caribe. Es como parte de esa visión que nos quieren imponer que carguemos con los problemas de la inmensa población del Estado colapsado (Haití), a través de regalos envenenados, disfrazados de ayudas (migajas económicas), que vienen atadas a los planes de fusión de ambas naciones y que debieran ser elegante pero enérgicamente rechazadas, como bien sugiriera el Dr. Humberto Salazar.

Que nos diga el señor Carter que viaja tanto por el mundo ¿cuál país él conoce que tenga sus fronteras abiertas de par en par, para que entre todo el que le dé la gana? Que nos diga ¿qué pasaría en su país, si deliberadamente funcionarios se coaligaran para no aplicar una Ley de Migración aprobada por el Congreso, bajo el subterfugio de que no se ha elaborado su reglamento? Que nos diga el señor Carter ¿qué hacen las autoridades de su país con los pocos inmigrantes haitianos que llegan a las costas de la Florida, que son esposados y sometidos a vejamenosos exámenes de sida y otras enfermedades contagiosas?

El señor Carter debe decirle al pueblo dominicano que ha venido a visitar, si aquí, en nuestra tierra, podemos imitar a su país construyendo muros fronterizos, sin que se nos acuse de racistas. Nos gustaría saber si dentro de los planes de ayuda que Estados Unidos nos puede dar está la de entrenar a miembros de nuestras fuerzas armadas y cuerpos de seguridad fronterizos en las “técnicas” que usan los suyos para manejar a los inmigrantes mexicanos.

El ex presidente debiera decirle a los dominicanos, ya que nos habló del caso de México, si él aboga en su país porque a los hijos de los mexicanos que viven en México se les permita ir a estudiar y a desayunar a Estados Unidos, sin cumplir con ningún requisito legal. Si las mujeres mexicanas pueden ingresar ilegalmente a territorio norteamericano para ir a los hospitales a ocupar el 30% de las camas de éstos (como ocurre aquí), de forma gratuita.

Al señor Carter, con el respeto que su hoja de vida se ha ganado por las nobles causas que ha defendido en el mundo, hay que decirle, que aquí, pese a lo que muchos de allá creen, no somos tan tontos. Aquí sabemos (nos llega vía el satélite y el Internet, señor Carter) cómo su país y todos los países del mundo están manejando en la actualidad el delicado tema migratorio. Por aquí sabemos, también, que la mayor parte de nuestra debilidad institucional en materia de política inmigratoria proviene de las presiones de su país sobre nuestros genuflexos gobiernos, para que República Dominicana no pueda ejercer su soberano y legítimo derecho a repatriar y a definir claramente una política migratoria con respecto a Haití.

Esas presiones, señor Carter, son similares a las que le hizo su homólogo Bill Clinton a nuestro anciano e insigne Presidente Dr. Joaquín Balaguer en 1994, para que instalara 24 campamentos de refugiados haitianos y que éste, con tanto valor y decoro, rechazó enérgicamente (lo que le costó su salida del poder dos años después, por la decisiva presión norteamericana).

Como dijo el experto francés Aymeric Chaupradec en días pasados, en la Fundación Global, la emigración haitiana descontrolada neutralizará todos los planes contra la pobreza en la República Dominicana, por lo que no habrá forma alguna de que el ciudadano dominicano mejore sus condiciones de vida sin que se enfrente con valentía y decisión este grave problema.

Leonel Fernández, que ha sido electo tres veces Presidente con el voto de la gente que exige una política clara y definida sobre este crucial tema para la República, tiene que estar consciente del inmenso riesgo histórico que correrá si se convierte en un mero y genuflexo instrumento al servicio de la haitianización del país. Que no le quepa duda a nuestro amigo Presidente de que el país que ha confiado su suerte en él lo está observando y así como ha sabido elevarlo por sus eminentes servicios, lo juzgará duramente si no es capaz de defenderlo ante lo que es ya una abierta trama internacional contra la República Dominicana.

Lo que ha faltado aquí, señor Carter, es voluntad de controlar la migración haitiana y en eso su país, al través de sus inmensas presiones, tiene una gran cuota de responsabilidad.


http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=117837

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