Imágenes |
Copyright 2008 El Nuevo Diario |
Como un mal presagio es la noticia de enfrentamiento entre haitianos y dominicanos, en Neyba y Guayubín, producto del atraco y muerte de un dominicano para quitarle el motor a mano de un emigrante haitiano. Los habitantes de estos pueblos han reaccionado de manera violenta producto de un conflicto migratoria que las autoridades no han enfrentado de forma firme y decidida; la llegada de haitianos a nuestro territorio ya no es una emigración económica sino más bien un desplazamiento de los dominicanos por haitianos en los sectores de la agricultura, la construcción, turismo, venta ambulante y poblaciones en donde los haitianos ya son mayoría.
Somos conciente de la realidad del hermano pueblo haitiano pero lamentablemente República Dominicana no puede hacerse cargo de una nación en desbandada, de la cual nosotros los dominicano no somos los responsables de su tragedia, sino las potencias extranjeras que la han explotado toda la vida en contubernio con la clase dominante nacional: una burguesía desalmada, políticos corruptos y un aparato militar sanguinario, quienes eran el soporte de los paramilitares que reprimía al pueblo apoyando las dictaduras de la dinastía Duvalier y demás delincuentes, que han esclavizado a esta paupérrima nación..
Haití, hoy día, es un Estado fallido porque no se puede gobernar por sí mismo, ni mucho menos ser autosuficiente, por lo cual se ha constituido en una amenaza para la paz y la seguridad en la región y muy especialmente para nuestra República; ejemplo de lo que estoy diciendo es que para este país poder mantener el orden, y la estabilidad, la comunidad internacional a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha tenido que asumir su seguridad nacional y su población es mantenida de la caridad del Mundo porque no es autosuficiente en la producción de alimentos para su pueblo; estamos ante una nación que ha perdido su soberanía alimentaria, debido a la expoliación, la depredación internacional y la concentración de las riquezas en manos de una minoría nacional que piensan resolver la problemática haitiana que ellos crearon, promoviendo la emigración masiva para todas parte pero muy especialmente hacia la República Dominicana.
La situación haitiana es una bomba de relojería que puede explotar en cualquier momento, por ello el la ONU actuando en virtud del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, en su resolución 1542, de 30 de abril de 2004, decidió establecer la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) y pidió que la autoridad de la Fuerza Multinacional Provisional (FMP), autorizada por el Consejo de Seguridad en febrero de 2004, fuera traspasada a la MINUSTAH el 1º de junio de 2004. Porque Haití se ha convertido en una nación ingobernable en donde imperan bandas armadas que controlan determinado territorio que están bajo un estado de violencia, inseguridad, pillaje, secuestros y violencia sexual generalizada. Como ha sido el caso de Martissant, un barrio marginal de Puerto Príncipe.
Veamos los indicadores económicos de una nación de alrededor de los 9 millones de habitantes, los cuales tienen una esperanza de vida de 51, 5 años; una mortalidad infantil de 61,6 por mil nacidos vivos; el 17% de la población infantil menor de 5 años padecen de malnutrición aguda; el 6% de la población adulta tiene VIH/SIDA; alrededor de 400 por cada 100 mil habitante sufren de tuberculosis; hay 0,25 médicos por 1.000 habitantes; la deuda externa ronda los 1.300 millones de dólares; el Producto Interno Bruto (PIB) es de 1.783 dólares per cápita; el 46,2% de los hombres son analfabetos y en la mujeres los son el 50%. Y finalmente su Índice de Desarrollo Humano es de 0,475. Uno de los más bajos del Planeta.
Las Fuerzas Armadas y la Dirección General de Migración han tenido que unir esfuerzos para proteger a miles de haitianos en distintos puntos del país, y evitar que sean agredidos después de los sangrientos incidentes ocurridos en Neiba y Guayubín el lunes y martes de la semana pasada. Entonces yo me pregunto por qué migración y los organismos de seguridad del Estado no actúan de manera preventiva controlando la inmigración haitiana para evitar este tipo de hechos tan lamentables e injustificables.
La seguridad del Estado es muy efectiva para resguardar la vida de los haitianos, algo que veo muy bien porque la violencia no es el camino correcto para salir del tremendo problema haitiano que tenemos aquí, pero sin embargo no es tan efectiva para controlar nuestra frontera, aunque debo admitir que cuando ellos quieren ser eficaz los son, sino observemos el episodio histórico del desembarco guerrillero encabezado por el Coronel Francisco Alberto Caamaño quienes fueron apresados y aniquilados de manera diligente.
La población dominicana debe entender que el camino de la violencia no es el correcto cuando se tiene que reclamar un derecho legítimo, el de que se el ponga control a la llegada masiva de haitianos, nunca debemos tomar la justicias por nuestras propias manos, tenemos que hacer que las instituciones funcionen, y finalmente los dominicanos al igual que los haitianos deben comprender que ambos pueblos no son los responsables de la actual calamidad haitiana sino los que le han saqueado y subyugado a vivir en la miseria más espantosa.
Debemos ayudar al pueblo haitiano a romper sus cadenas, y si no lo hacemos veo en el horizonte grandes enfrentamientos entre haitianos por falta de comida, guerra civil, veo a un Haití desapareciendo como nación y a una República Dominicana que se tambaleará por los acontecimientos que vivirá muy pronto este vecino País, que nadie se sorprenda de lo que estoy diciendo porque Islandia el País más próspero de la humanidad el año pasado en este año se fue a la bancarrota producto de la crisis financiera mundial. El Estado debe tomar nota de esto como una mala señal para el futuro, ojala y ya no sea tarde.
Autor: Leonardo Suriel Morel
http://www2.elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=126816
No hay comentarios:
Publicar un comentario