La estrategia de los contrabandistas de alucinógenos se debe a las incrementadas presiones en su contra por parte de los gobiernos de México y Colombia y admitió de forma tácita que las autoridades de su país están impotentes ante la situación.
Las cárteles lanzan pequeñas cantidades de distintos puntos, lo que dificulta la persecución desde tierra por la escasez de medios, declaró Castillo a la prensa.
Medios especializados aducen que la recién aprobada compra de ocho aviones Super Tucano, de fabricación brasileña, poco harán para limitar el tráfico de estupefacientes a falta de radares adecuados.
Otro punto frágil, la permeabilidad de los institutos armados a la influencia de los capos, fue analizada por Castillo como un factor de peso.
El Estado debe revisar los salarios de los militares y policías, cinco mil pesos como promedio (unos 142 dólares), suma con la cual "no se puede pedir santidad" a esas personas, según su descripción.
Unas dos decenas de miembros de la Marina de Guerra y otros institutos armados son interrogados por la matanza de siete narcos colombianos en un paraje de la provincia sureña de Peravia en agosto pasado.
Los mil 200 kilos y 15 millones de pesos dominicanos involucrados en la operación se desvanecieron y detonaron un escándalo tras acusaciones de un senador sobre complicidad de autoridades con el caso.
Castillo mencionó como estimulante la alienación consumista en la sociedad la cual alienta la obtención de grandes sumas de dinero sin esfuerzo y por la vía más rápida, el narcotráfico, cuyos dividendos son fabulosos.
lma/msl
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