lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Cuál es nuestra responsabilidad con Haití?

Víctor Bisonó - 11/2/2009

Recientemente, varios grupos de interés e instituciones internacionales, han comenzando lo que parecería ser una campaña orquestada y organizada, para resaltar el rol de Republica Dominicana con respecto a Haití, disminuyendo la propia responsabilidad de nuestro país vecino frente a sus problemas y desafíos locales.
Nuestro país esta hermanado con Haití por la simple realidad que compartimos una misma isla, tenemos una historia común, y son un importante destino comercial de nuestras empresas y productos.

Luego de Estados Unidos, Haití es el segundo socio comercial de nuestro país. El intercambio comercial con Haití en los primeros ocho meses de este año es de US$ 421 millones de dólares, lo que representa un aumento de US$ 55 millones en comparación al mismo periodo del 2008. Así, en este mundo global, cada vez más estrechamente entrelazado a través de acuerdos políticos, comerciales, sociales, y culturales, donde los desafíos que enfrentamos son comunes, y requieren una solución conjunta, como el fl agelo del tráfi co de drogas, las enfermedad que no respetan fronteras, el tráfi co de personas y el cambio climático, todos los países tenemos responsabilidades que van mas allá de nuestro límites geográficos.

En este contexto, tanto Republica Dominicana como Haití tienen responsabilidades de trabajar en juntos para solucionar problemas comunes, como la inmigración, las políticas de seguridad, de lucha contra el crimen organizado, el cuidado de la isla que compartimos, y un desarrollo económico que benefi cie a nuestros ciudadanos y reduzca la pobreza.
Como ya lo dijo Alain Rouquié, ilustre diplomático francés y actual presidente de la Casa de las Américas de París, ningún país por sí solo puede hacerse cargo de lo que sucede en Haití cuando la solución a los problemas de esa nación es responsabilidad de los propios haitianos.
Haití necesita aprovechar su actual estabilidad política, para enfocarse en fortalecer sus instituciones, promover políticas de generación de empleo a través de mejorar su competitividad económica, y trabajar en reducir la pobreza. Estos son desafíos propios y únicos del pueblo y los dirigentes Haitianos.

República Dominicana debe entonces utilizar el comercio, la inversión y la generación de empleo como las mejores herramientas para contribuir a unas buenas relaciones bilaterales, haciendo énfasis en un acuerdo migratorio que defi na un marco legal capaz de ser cumplido por ambas partes, que permita satisfacer la demanda laboral que existe en nuestro país, dotando de las condiciones laborales a las que todo habitante de nuestro país tiene derecho, dentro de la legalidad que marca la ley de migración, sus reglamentos y la propia constitución nacional.

Haití tiene el deber de velar por el bienestar de sus habitantes, el orden institucional y la legitimidad de su gobierno, sólo así podrá garantizar oportunidad, progreso y dignidad para su población. En este camino, siempre podrá contar con Republica Dominicana como un principal aliado.
EL AUTOR ES DIPUTADO POR EL DISTRITO NACIONAL 



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