sábado, 17 de septiembre de 2011

La realidad dominicana

Por Pedro Manuel Casals hijo.*

Tratar de dormir en las noche sabiendo que al otro día no tiene con que alimentar a sus hijos. Su esposa no puede trabajar por una grave enfermedad nerviosa. Levantarse agotado física y mentalmente preocupado de cómo va a llegar a su trabajo sin pasaje y que sus hijos no tienen como ir a la escuela. Pasar una agobiante jornada de trabajo sin dejar de pensar en que tiene 2 días con la luz cortada y no sabe de donde va a sacar el dinero para pagarla. En la hora de almuerzo, encerrarse en el baño a llorar ya que se priva de ingerir alimentos para enviar su ración diaria a sus hijos. A la hora de salir de su trabajo no desea volver a la realidad que le espera en su hogar, es tan deprimente como penosa y solo Dios le consuela.

Al llegar a su hogar, se repite la misma historia día tras día, harina para hacer “Jane Cake’s o Yaniqueques” de cena a su esposa e hijos ya que es lo mas económico que “llena” sus estómagos. No puede pedir “fiao” en el colmado porque ya agoto su crédito en todos los colmados del barrio. El usurero de su trabajo tampoco le presta porque conoce de su situación. Cada día es una prueba de fe y voluntad para este hombre, que se atormenta al saber que sus hijos tienen 3 años que no asisten a la escuela porque no tiene los recursos ni siquiera para costearles un pasaje diario, mucho menos la inscripción y compra de útiles. También, da vueltas en su cama de noche temeroso de que se agote la misericordia y la paciencia del propietario de su vivienda alquilada, ya que tiene 4 meses de atraso.

Ahora en la campaña va a todos los mítines y convocatorias, tiene banderas de todos lo partidos y hace lo que sea para conseguir cualquier ayuda. Ha perdido toda esperanza de superación y se ha resignado a sobrevivir. Alimenta un sueño de salir de la pobreza con loterías y premios de azar. Se siente culpable por la pobreza en que se encuentra sumida su familia y su responsabilidad le lleva a tener pensamientos suicidas y depresivos.

No es una historia ficticia, es la realidad de miles de dominicanos que hemos dejado atrás y que nuestros políticos solo recuerdan en las elecciones. Pasemos factura a los políticos.

* Dirigente Juventud FNP.

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