miércoles, 17 de julio de 2013

Orlando Martínez y Vincho


Vinicio A. Castillo Semán
En las últimas semanas, el Dr. Marino Vinicio Castillo, mi padre, presidente de la Fuerza Nacional Progresista, asesor Antidrogas del Poder Ejecutivo y director de Etica e Integridad Gubernamental, ha sido víctima de una campaña sucia que ha pretendido en vano dañar su bien ganada reputación en la sociedad dominicana, como ser humano, abogado y funcionario público.
Para nuestra familia, acostumbrada desde hace muchos años a lidiar con intentos similares provenientes de los adversarios políticos, mediáticos y del crimen organizado, no ha sido mayor sorpresa.  Como dice el pueblo, estamos “curtidos en la materia” y preparados hoy, como en el pasado, a enfrentar con valor y dignidad los intereses perversos y rastreros de quienes, en la sombra, urden campañas de descrédito y asesinatos morales de figuras públicas y privadas, en la mayoría de los casos por encargo o paga.
En esta ocasión, el Sindicato de Periodistas y/o Comunicadores que se constituyó como la columna vertebral del pepehachismo para convertir a Hipólito Mejía en presidente de la República el 20 de mayo del año pasado, ha sido el encargado de producir la diabólica campaña contra el Dr. Castillo, exhibiendo una desesperación tal, que los llevó a usar ataques de tipo personal y familiar absurdos (no usados durante décadas de luchas políticas durante la vida democrática de la República).
Al Dr. Vincho Castillo, a quien esto escribe y a la Fuerza Nacional Progresista, ese Sindicato de Comunicadores, rumiantes de odio y frustración, no les perdonan ni les perdonarán jamás haber sido factores determinantes para hacerles morder el polvo de la derrota electoral del año 2012, con la cual el país se salvó de la tragedia que hubiera representado la vuelta al poder de Hipólito Mejía y se llevó al presidente Medina al Palacio Nacional, con el cual a casi un año de gestión el país se siente grandemente orgulloso.
La campaña sucia contra Vincho Castillo y su familia ha servido de ocasión para que recibiéramos el apoyo solidario masivo de la gente decente de este país y de destacados periodistas que defienden las mejores causas de la nación, como Oscar Medina, Aristófanes Urbáez, Danny Alcántara, Luisín Mejía, Freddy Sandoval, Fernando Ramírez, Héctor Herrera Cabral, Rudy González y muchos otros que se han pronunciado públicamente en defensa del Dr. Castillo Rodríguez.
Sin embargo, entiendo que la ocasión es propicia para que el país, y sobre todo los ciudadanos más jóvenes, conozcan la opinión que tenía el mártir mayor y de más prestigio del periodismo dominicano, Orlando Martínez, sobre el Dr. Marino Vinicio Castillo, por lo cual transcribimos fragmentos de los artículo publicados por Orlando contenidos en el libro Microscopio.  Tomo 1, página 49 del 22 de enero de 1973: “Fue en esos momentos cuando el Dr. Marino Vinicio Castillo ñVincho- tomó una decisión: Vería al Presidente de la República (Balaguer) y le haría saber que su cargo en la Comisión de Recuperación de Tierras Estatales estaba a su disposición, si consideraba que su actuación chocaba con intereses intocables. Así lo hizo. Pero el Presidente lo calmó diciéndole que lo consideraba uno de sus mejores funcionarios, que gozaba de todo su respaldo, que siguiera actuando como lo había hecho.  Y la verdad es que Vincho Castillo es de los pocos funcionarios de este gobierno que no necesita de su rango para vivir económicamente sin problemas.  Es un abogado establecido, muy bien establecido, a quien sus funciones de Secretario de Estado, más que darle, le quitan tiempo para ganar dinero.  Eso lo sabe aquí todo el mundo.  Y Balaguer más que nadie.  Para hombres como ese no hay paga ni compra posible.”  Tomo III, página 140 del 22 de diciembre de 1973:  “Pero no todos, para suerte del gobierno y sobre todo del país, son personas de esa catadura. También dentro de los defensores de Balaguer para utilizar el lenguaje peñagomista hay astros con luz propia.  El más representante de ello era, sin ningún género de dudas, el Dr. Marino Vinicio Castillo, Vincho.  El Dr. Castillo no necesita ni necesitaba absolutamente para nada al Dr. Balaguer.  Tenía y tiene un gran prestigio como profesional. Es, talvez, el polemista más brillante que he leído en un periódico desde que yo llegué a la edad de la razón.  Trae el prestigio de ser un conspirador contra el madrugonazo de septiembre de 1963, actividad que lo condujo a la clandestinidad por mucho tiempo. Y, como consecuencia de lo anterior, participó, como se dice ahora, en la concientización de sectores militares que produjeron aquel 24 de abril inolvidable. Nada puede brindarle Balaguer a Vincho. Pero es mucho lo que Vincho puede brindarle a Balaguer. ¿Qué? El prestigio y la autoridad públicos que no tienen momias prehistórias que rodean al Presidente.”
El testimonio de este gigante, gloria del periodismo que fuera vilmente asesinado por su heroico valor de enfrentar las lacras que padecía nuestra sociedad en el año 1975, sirve en esta coyuntura para aplastar a los pigmeos que han degenerado la profesión sagrada del periodismo serio y las habladurías maledicentes de ese Sindicato de frustrados, rumiantes de odio y resentimiento contra el Dr. Marino Vinicio Castillo, cuya imagen han querido en vano deformar ante la opinión pública.
La hoja de servicio pulcra como ser humano, profesional y político de Vincho Castillo a sus 82 años que cumple el próximo jueves, ya está registrada con todo esplendor en la  historia.  El Dr. Vincho Castillo, nieto del héroe restaurador Gral. Manuel María Castillo Medrano, primo hermano de Ramón Matías Mella y Castillo, hijo del Lic. Pelegrín Castillo, considerado uno de los mejores abogados de la nación y de los hombres públicos de más valor y dignidad de la República, puede orgullosamente rendir cuentas del deber cumplido ante esos venerables antepasados  y ante el país, que tanto ha defendido.

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