jueves, 4 de noviembre de 2010

Atinado rechazo

     




El rechazo  en un plebiscito a la propuesta de legalizar el cultivo, uso y venta de marihuana en California, ha librado a Estados Unidos de lidiar con un obligado ejercicio de doble moral como sería la de promover  su comercialización en el estado más grande de su territorio, al tiempo que  ayuda a reprimir la producción y tráfico de esa droga  al otro lado de la frontera, en México, y en toda América.

La polémica Propuesta 19, a favor de la legalización de la marihuana, fue  rechazada por el 57 por ciento de los electores californianos, aunque se considera muy alta la cifra de un 43 por ciento que sufragó a favor del sí, con lo que se evita  que una iniciativa tan descabellada pudiera ser imitada en otras latitudes, especialmente en  naciones de gran consumo de sustancias controladas, en América y Europa.

Aunque  la Propuesta 19 fue promovida  bajo el criterio de que permitir el consumo de marihuana sería la solución menos mala  a la creciente adicción a las drogas en Estados Unidos, lo que en verdad se intentó legalizar fue un negocio que  arroja  sólo en California beneficios económicos por 15 mil millones de dólares. Fue por eso que un millonario estadounidense  donó un millón de dólares  a la campaña del sí, que de  haber logrado su propósito seguramente se extendería por otros estados  de la Unión americana donde la posesión de esa droga se  castiga como si fuera una infracción de tránsito.

El triunfo del no en ese plebiscito ha  evitado el fracaso del Plan Colombia y el Plan Mérida, dos iniciativas contra  el narcotráfico internacional que Estados Unidos promueve con Colombia y México, porque sería imposible que esas naciones acepten cargar con la violencia y terror que se asocia con ese flagelo, mientras  a los bancos estadounidenses ingresarían miles de millones de dólares, que ya no resultarían  en lavados de activos provenientes de actividad ilícita.

La experiencia de California, donde élites políticas y empresariales aprovecharon las elecciones de medio término para promover  vía plebiscito una propuesta  inmoral, cuyo  fin principal es el de producir  enormes  fortunas con la comercialización de  marihuana, ha de servir a todo el continente para reclamar de Estados Unidos una postura responsable e integral en torno al combate  contra el narcotráfico.

No es posible que Washington promueva el bombardeo y erradicación de las plantaciones de hoja  de coca  en Bolivia, Perú y Colombia,  sin ofrecer alternativas viables  para que los campesinos  garanticen sustento con otros cultivos, pero no bombardean los plantíos de marihuana en las praderas californianas. La negativa del electorado de California a la propuesta de legalizar  siembra, uso y comercio de marihuana ha sido una gran demostración de la población adulta de California, que no hizo caso a las lentejas de venduteros  de inmoralidad y ha significado un gran alivio para el Tío Sam, que no sabría dónde meter la cabeza, si se hubiese aceptado ese despropósito.    

http://www.elnacional.com.do/editorial/2010/11/4/65483/Atinado-rechazo

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