En el mundo de hoy suscitan numerosos conflictos activos, algunos de corta duración y confinados en un lugar determinado, otros duraderos y expansivos. – a los cuales se les podría llamar guerra civil.- Puesto que la concepción de guerra presenta un cambio desde la óptica del derecho internacional, se lucha por la ya mencionada autoridad soberana, dejando detrás los enfrentamientos bélicos por poder político.
Asume que ninguna guerra aunque sea local, debe ser completamente aislada, sino como parte de una gran constelación, lo cual no significa que esos conflictos movilicen todo el imperio, sino que existen dentro del sistema imperial global, por el que están condicionados y al que, a su vez, afectan.
Pero la pretensión de soberanía de estos combatientes es dudosa, luchan más bien por una dominación relativa dentro de las jerarquías en los niveles más altos y más bajos del sistema global. Para hacer frente a esta guerra civil global se necesitaría un nuevo marco de referencia que fuese más allá del derecho internacional.
Se puede citar como ejemplo los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el Pentágono y el World Trade Center, no crearon ningún impacto fundamental dentro de la situación global, pero que no se descarta la mera significación, cita además, la defenestración de Praga del 23 de mayo del 1618. Aunque dichas marcan un prototipo nuevo dentro de la era bélica mundial, ya que esta se trataba de una atmósfera religiosa, pero sin transformación histórica alguna. Puesto que se realizaba en el siglo XVII, lo cual significaba el paso de Europa de la Edad Media a la modernidad y que hoy significa el paso de la modernidad a la posmodernidad.
Observándose el cambio de la realidad bélica global, esta se ha convertido en una situación generalizada: podrán cesar las hostilidades en algunos momentos y en ciertos lugares, pero la aparición de la violencia letal es una posibilidad constante, siempre dispuesta a estallar en cualquier momento y lugar. “Así la naturaleza de la guerra reside no en los combates reales, sino en la disposición notoria para ello, siempre y cuando no estemos asegurados de lo contrarios” Thomas Hobbes. Se trata todo esto no son más que guerras aisladas, sino un estado de guerra general y global que erosiona la distinción entre la guerra y la paz, de manera que no podemos imaginar una paz verdadera, ni albergar una esperanza de paz.
Establece el presente teórico que la principal clave para entender este estado de guerra planetaria consiste en la noción de excepción o m¬ás correctamente en dos excepciones, la una de origen alemán y la otra estadounidense. En lo cual se realiza una retroinspección histórica, marcada en el Primer periodo de la Edad Moderna en Europa, ya que la misma fungió de respuesta a un Estado de guerras generalizadas, como la de los Treinta años en Alemania y la guerra civil en Inglaterra. Ubicando un elemento central del proyecto político de las teorías modernas de la soberanía, liberales o no, fue acabar con la guerra civil, aislándola al margen de la sociedad y confinándola a los períodos de excepción.
La estrategia moderna de confirmar la guerra a conflictos entre estados es cada vez menos viable, data la emergencia de innumerables guerra civiles globales en los conflictos armados desde África Central hasta América Latina y desde Indonesia hasta Iraq y Afganistán. En un sentido más general, tal estrategia también se ha visto socavada por el hecho de que la soberanía de los estados-nación ha declinado, formándose en su lugar, a un nivel supranacional, una nueva soberanía, un imperio global!
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