miércoles, 28 de enero de 2009

Pescar en río revuelto

Por Ramón Revi*
EL AUTOR es dirigente del PLD.


Los grupos que buscan predominio de cara a los venideros procesos electorales internos y externos en el PRD, están convirtiendo a esa organización en una especie de olla de grillos. A pesar de que desde su litoral se dice lo contrario, las diferencias entre los perredeístas son tan agudas, que encontrar quien los represente sin que vaya a ser desautorizado es una tarea casi imposible. Una instancia que podría desempeñar el papel interlocutor seria su comisión política; pero ni siquiera en este estamento logran ponerse de acuerdo.

Nueva vez, el presidente Fernández apela al diálogo como fórmula fidedigna de debatir de manera abierta y participativa las posibles soluciones de esta crisis que abate no sólo la República Dominicana sino también al mundo. Para tales fines, se ha convocado a una jornada de discusiones con la participación de las fuerzas vivas de la nación. Esta convocatoria como todas las anteriores, trae consigo el espíritu de la pluralidad y el consenso, motivos que siempre han estado presentes en la agenda del presidente Fernández.

Una comisión encabezada por el Ing. Temístocles Montas, Monseñor Agripino Núñez Collado, entre otros notables, tuvo la cortesía de entregar la invitación a los perredeístas en su mismo local ¡para que no haya excusas!. Más, días antes de recibir formalmente esa invitación su presidente, el Ing. Ramón Alburquerque y el expresidente Hipólito Mejía habían expresado que no asistirían a la mencionada cita. Cuando en otras latitudes, líderes de diferentes parcelas políticas deponen sus intereses y se reúnen para buscar algún tipo de salida a los desafíos de los nuevos tiempos, la dirigencia perredeísta sigue atrapada en un discurso irreflexivo y fuera de todo contexto.

La actitud de los perredeístas no es casual, ya estén en la oposición o en el gobierno. Ellos han puesto siempre de manifiesto su aversión al diálogo. A modo de ejemplo citaremos lo siguiente: en el 1994 repentinamente se retiraran de las negociaciones del “Pacto por la Democracia”, en el 1997 boicotean la convocatoria a un Diálogo Nacional propuesto también por el presidente Fernández. De igual forma en el 2001-03 el expresidente Hipólito Mejía propuso una reforma a la constitución de espaldas a toda la sociedad dominicana. Con la misma forma de maniobrar, mientras fueron gobierno y ostentaban la mayoría en ambas cámaras legislativas, eligieron los jueces de la Junta Central Electoral, colocaron a dirigentes de su partido en el Ministerio Publico (con el fin de asegurarse cierta impunidad), eligieron la Suprema Corte de Justicia y de la misma manera modificaron la Constitución para permitir que el expresidente Hipólito Mejía pudiera optar por la reelección. El mismo proceder lo reiteran en las actuales circunstancias, cuando nos enfrentamos a la peor crisis acontecida después de la gran depresión del año 1929. Ese es el modus operandi de los perredeístas: cuando son minoría tratan de echarle una pasta de jabón al salcocho y cuando son mayoría avasallan a todo el que se le ponga por delante.

El estilo del presidente Fernández y el PLD ha sido otro: cree en el debate de las ideas, en la participación plural, en el centralismo democrático, que es lo mismo que estar de acuerdo con la subordinación de la minoría ante la mayoría. Es por esta razón que, teniendo mayoría congresual, el presidente Fernández eligió una Junta Central electoral con el concurso de la sociedad, eligió una Suprema Corte de Justicia independiente y de la misma forma eligió los jueces de la Cámara de Cuentas. En los gobiernos peledeístas, el Ministerio Público ha desempeñado su papel sin ningún tipo de injerencia o cortapisa, algo que no era lo habitual en administraciones anteriores. En esa misma tesitura se enmarca lo que ha venido aconteciendo con la propuesta de reforma constitucional actual. Se conformó una comisión de juristas independientes, expertos en textos constitucionales, y tenemos más de un año, gobierno, partidos políticos, empresarios, ONG, en fin toda la sociedad, debatiendo lo concerniente a dicha reforma. Y ustedes pueden estar seguros de que lo que saldrá de estas discusiones será el resultado del consenso de todas las fuerzas vivas de la nación. Ese es el método que ha dado resultado a los peledeístas y al presidente Fernández: el de la concertación.

La dirigencia perredeísta ha presentado toda clase de argucias con la intención de no asistir a esta jornada de diálogo. Estas escaramuzas tienen un objetivo bien definido: tratar de boicotear este llamado del presidente Fernández, cuyo primordial fin es que prevalezca en el país, para el bien de todos, el estado de gobernabilidad y desarrollo alcanzados en estos últimos años. Dice un refrán popular que "no hay más ciego que aquel que no quiere ver”. Y yo les puedo asegurar que las intenciones de los perredeístas son muy evidentes; están apostando a todas luces a que el país sucumba ante la presente crisis. En ello cifran sus esperanzas de volver al poder, en pocas palabras lo que buscan es pescar en río revuelto.

http://www.almomento.net/news/135/ARTICLE/25601/2009-01-28.html

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