La cumbre que se inicia hoy con la participación de representantes de más de cien organizaciones constituye, por encima de las notas adelantadas de optimismo y también de los preludios de fracaso, una oportunidad de diálogo y entendimiento para fortalecer la gobernabilidad y la democracia.
Fuera de huecas teorizaciones, el sistema democrático se amplía y adquiere mayor vigor con acciones concretas, vocación de servicio al país y a sus instituciones, así como un elevado sentido de tolerancia y un profundo respeto a las opiniones ajenas para favorecer el libre juego de las ideas.
En consecuencia, cualquier iniciativa destinada a fortalecer la convivencia armónica en sociedad debe merecer atención y seria ponderación, dejando de lado intereses y visiones grupales, como advierte monseñor Agripino Núñez Collado, quien ha estado muy activo en la organización del encuentro.
Sin embargo, para que la cumbre resulte exitosa y sus conclusiones puedan tener aplicación práctica, se requieren buenos canales de entendimiento, respeto y transparencia entre gobernantes y gobernados, por encima de sectarismos y angostos enfoques.
Los gobiernos tienen que escuchar y atender las inquietudes de la población y de los representantes de los diferentes sectores de la vida social, económica y política de la nación, quienes a su vez deben estar siempre prestos al diálogo civilizado.
Estamos ante una buena oportunidad de entendimiento y consenso si se logran tratar a fondo los principales problemas del país, oyendo las opiniones y sugerencias de todos los actores nacionales, a fin de asumir unidos las estrategias y los desafíos.
Algunos dirigentes de la clase política han expresado en principio su escepticismo con respecto a los resultados provechosos que puedan desprenderse de la reunión, en vista de experiencias pasadas que se han diluido sin aplicaciones concretas.
Aun así, hay que mantener una dosis de optimismo y de buena voluntad para aunar esfuerzos tendentes a compartir ideas y emprender acciones en pro del mejoramiento nacional, especialmente en una coyuntura económica particularmente difícil para la República Dominicana.
http://www.elcaribecdn.com/index.php/opinion-blogs/editoriales/editorial/197416-una-oportunidad.html
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