Orlando Gil - 2/27/2009
El primero
El PRD demanda del gobierno por boca de sus principales dirigentes explicación de la lucha contra el narcotráfico y mayor transparencia en la persecución de ese delito. Las declaraciones fueron reseñadas pobremente y ni siquiera pudo acogerse el sentido. Cuestionar lo que en este momento puede considerarse una cruzada, sería un grave error político, e incluso podría interpretarse de manera perversa. La oposición es necesaria en cualquier escenario, pero hay ocasiones en que la política no tiene oportunidad. Esta sería una. Desde Quirino Paulino Castillo, se hizo evidente que el problema de las drogas no eran las consabidas alarmas del pastor Vincho Castillo ante la posibilidad de que viniera el lobo y se comiera las ovejas. No sólo era real, sino que tenía nombre y apellido, y lo más preocupante, conexiones. El narcotráfico no es un delito que pueda cometerse solo, pues no sólo requiere de una logística de producción, traslado y comercialización, sino de complicidad y encubrimiento. Todo esto se hizo evidente de manos de las autoridades norteamericanas. Las investigaciones nacionales adolecieron de fallas, pero estas fueron sistémicas. Eran situaciones nuevas, con las que no se estaba acostumbrado a lidiar, pero sobretodo porque no se disponía de los instrumentos adecuados...
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