Con una crisis económica mundial de frente y un país con múltiples problemas y tareas pendientes, fue oportuno que el presidente Leonel Fernández, como es característico, ofreciera un discurso optimista, con una visión del porvenir, y acompañado de una propuesta de reforma institucional y de planes para encarar la realidad financiera, de inseguridad pública, del narcotráfico y de degradación de los cuerpos armados. En esto último, hizo bien el jefe del Estado en reconocer el mal, pero en no generalizar ni dar pié para tirar por el suelo la moral o la autoestima de las instituciones de uniformes, como tales.
(Este último elemento habría sido el factor de más peso para que el desfile militar de éste 27 no se suspendiera, como inicialmente se pensó y algunos llegaron a respaldar).
A la luz de los resultados de la cumbre reciente, algunos de cuyos puntos y compromisos han comenzado a aplicarse, especialmente en el orden económico, cobra razón la expresión del Presidente de que, “frente a las crisis, los pueblos de unifican”.
¿El país salió airoso de todos los desafíos del 2008?. El presidente Fernández dice que sí, gracias “al esfuerzo, la inteligencia y la dedicación del pueblo dominicano”. Siendo así, y ya que el gobernante selló compromiso formal ante la nación de luchar contra la corrupción, sería bueno subrayar su parecer de que el 2008 será una fecha de referencia y que no pasará como un año más, por que habría de servir para encaminar “nueva ética, control y regulación de las instituciones”.
Es verdad que “Dios aprieta, pero no ahorca”, porque el mal de otros sería la oportunidad para que capitales extranjeros “busquen refugio aquí”. Además de los 9 mil 600 millones de dólares registrados en proyectos turísticos y otras inversiones que pudieran remontar a un total de 14 mil 562 millones de dólares. Ojalá que con los planes para el campo (seguro agrícola, 3 mil millones vía el BNV, pignoración y demás) logremos una “renovada República” para orgullo de todos.
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