Jueves 28 de Enero de 2010
Pelegrín Castillo Semán
1. Un periodista del Nuevo Herald me preguntaba en estos días sobre los temores de los dominicanos de un incremento de la migración ilegal desde Haití. Le respondí que la verdadera preocupación nuestra es otra: Que la comunidad internacional no vuelva a abandonar a Haití, como ha ocurrido en ocasiones anteriores. Si existe un compromiso estratégico con la reconstrucción de Haití en Haití –que vaya mucho más allá de la reparación de los daños provocados por el terremoto– el riesgo de un desbordamiento migratorio desaparecerá.
2. Debemos reconocer que el presidente Fernández ha asumido en líneas generales posiciones correctas y oportunas, que interpretan los intereses nacionales, frente a la gravísima crisis humanitaria provocada por el terremoto que el 12 de enero devastó, aún más, al ya vulnerable Haití. Pero el envío de militares dominicanos a Haití no nos parece una buena decisión: Los aportes que realizarán en términos de seguridad son mínimos y, en cambio, los riesgos que se asumen en ocasión de su presencia –de incidentes fortuitos o provocaciones deliberadas– son muy altos.
3. Ahora más que nunca debemos enfatizar en la política exterior la búsqueda de nuestro objetivo estratégico supremo: un compromiso serio de la comunidad internacional para rescatar a Haití de la condición de estado fallido. Pero para lograrlo, nunca debemos olvidar que ese lineamiento debe tener cuatro corolarios: 1. No debemos ni podemos ejercer ningún rol hegemónico en la vecina nación. 2. Sí estamos dispuestos a involucrarnos en verdaderos esfuerzos solidarios, siempre que sean de carácter multilateral. 3. No hay solución dominicana a los problemas de Haití y 4. Los problemas de los inmigrantes haitianos en la República son una variable dependiente del asunto mayor, que es el destino de Haití como estado nacional.
4. El envío de tropas norteamericanas a Haití responde tanto a la urgencia de restablecer el orden en un contexto de crisis humanitaria –condición indispensable para que la ayuda internacional fluya y sea eficaz- como a la necesidad de mejorar la seguridad en su tercera frontera geopolítica. Nunca olvidemos que la lucha de Estados Unidos contra el terrorismo entró en una nueva fase, con el intento de Al-Qaeda de volar un avión estadounidense sobre Detroit el pasado 24 de diciembre, inmolando a un joven nigeriano que, aunque no concretó su propósito final, sí dañó gravemente el sistema de seguridad aérea internacional.
5. Somos una nación central, en una región convulsionada, razón por la cual debemos unirnos para defender nuestros intereses y evitar que nos conviertan en campo de batalla de otros.
Pelegrín Castillo Semán es diputado FNP
pelegrincastillofnp@hotmail.com
http://www.blogs.elcaribe.com.do/articulistas/pelegrin-castillo-seman/3676-guia-para-la-accion-21.html
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