Tras dos exitosas pruebas gratuitas en la que más de dos millones de dominicanos tuvieron la oportunidad de montarse en la obra más importante de la historia del transporte en nuestro país, de las certificaciones recibidas por la oficina de manejo del Metro en la que lo declaró "en optimas condiciones para su funcionamiento", arranca a fines del presente mes el transporte masivo de pasajeros, seguro, confortable y barato, en lo que es un paso de avance que marca un antes y un después en la República Dominicana. Definitivamente el grupo de anti-sociales dizque miembros de un Sindicato de Choferes no califica para manejar las guaguas que han de servir de soporte al Metro, por lo que pueden esos distinguidos ciudadanos irse buscando otra cosa que hacer, o si quieren comenzar de nuevo las protestas sabiendo que ya es definitiva la negativa porque nadie es loco para poner en manos de gentes que piensan una cosa hoy y otra mañana y cuya intención fue, es y seguirá siendo hacerles daño al Metro de Santo Domingo.
Los famosos sabelotodo sobre la obra se han quedado con la cara larga porque hasta el momento las desgracias que se vaticinaron no han pasado, las caídas de casas, los hundimientos, las miles de muertes y todo lo otro, aparte de las inundaciones no han sucedido y las certificaciones están ahí para todos los que quieran verles, tenerlas en sus manos y si es posible el ejecutor de la obra Diandino Peña les puede donar unas copias. En relación a la segunda línea se trabaja, se tienen propuestas, lo mismo que para el tren de HAINA a Santiago cuya construcción han comenzado a reclamar miles de ciudadanos de esa importante segunda provincia del país y que estamos seguro será comenzada en su momento tras salir de los aprestos para poner en definitivo funcionamiento el Metro de Santo Domingo.
Como dominicanos todos debemos sentirnos felices, no por estar mal debemos dejar de darle paso al progreso, las cosas son necesarias hacerla y nadie debe de ser pesimista, no solamente de pan vive el hombre y el país necesitaba su Metro, y necesita otras obras que vienen por ahí. ¡DIOS DARÁ!
Autor: GERMÁN MARTÍNEZ
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