lunes, 12 de enero de 2009

Hostos: un ciudadano de América excepcional

11:52 AM -
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El gran Maestro, periodista, político, sociólogo, pedagogo, escritor y ciudadano excepcional de América Don Eugenio María de Hostos, nació el 11 de enero en Mayagüez, en el Barrio Río Cañas de Puerto Rico en el año de 1839. Sus padres progenitores fueron: Don Eugenio Hostos e Hilaria de Bonilla.

Como periodista se dedicó a luchar por la emancipación de los pueblos de América y abiertamente en contra de la esclavitud y la opresión. Por lo tanto, fue un militante comprometido a favor de la independencia y la libertad en Cuba. En Estados Unidos dirigió el periódico "La Revolución". Por sus luchas incansables y por ser un referente histórico y ético fuera de serie le llamaron, "El Ciudadano de América".

Estudios en la juventud y formación académica permanente:

Tras haber cursado estudios primarios en la capital de su país natal, Eugenio María de Hostos viajó a España para completar su formación académica. Estudió en Bilbao y en Madrid, donde se licenció en Leyes y tomó contacto con los diversos grupos krausistas que en la segunda mitad del siglo XIX animaban la vida cultural madrileña.

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El krausismo determinó, a partir de entonces, los derroteros filosóficos, pedagógicos y políticos por los que habría de discurrir su actividad intelectual; y así, partidario de la independencia de las colonias antillanas, creyó posible una gran federación ultramarina que instaurase la república en aquellos lares. Convertido en adalid del independentismo antillano, Eugenio María de Hostos pronunció en el Ateneo de Madrid varias sonadas conferencias que quedaron plasmadas por Galdós en uno de sus Episodios nacionales.

Pedagogo Positivista:

Seguidos de pensamiento de Augusto Comte del positivismo, el racionalismo y la razón como base para vivir en sociedad. Ciertamente que: antes de Hostos el dominio intelectual de los dominicanos era poco más o menos que el que correspondía a las enseñanzas del antiguo Colegio de San Buenaventura y al Seminario Conciliar, y que los hombres más ilustrados del país padecían de ignorancia constitucional; antes de Hostos, la Pedagogía, el Derecho Constitucional, el Internacional, la Economía Política, la Sociología, la Moral Teórica y Práctica, independientemente de todo catecismo eclesiástico, eran cosa desconocidas o menospreciadas en República Dominicana por nuestros intelectuales; antes de Hostos y en el período de mayor esplendor de la enseñanza clásica, la instrucción que se daba en el país consistía, no en la adquisición de verdades, sino en el aprendizaje de memoria de expresiones coordinadas en libros de enseñanza, independientemente de todo propósito de desenvolvimiento de ninguna otra facultad intelectual que no fuera la memoria (Chiqui Vicioso).

Formación del pensamiento: Hostos decía que:

"La moral no se funda más que en el reconocimiento del deber por la razón; y la virtud no es más ni menos que el cumplimiento de un deber en cada uno de los conflictos que sobrevienen de continuo entre la razón y los instintos. Lo que tenemos de racionales vence entonces a lo que tenemos de animales, y eso es virtud, porque eso es cumplir con el deber que tenemos de ser siempre racionales, porque eso es la fuerza (virtud), la esencia constituyente, la naturaleza de los seres de razón".

"Dame la verdad y yo os doy el mundo".

"Todas las revoluciones se habían intentado en la República, menos la única que podía devolverle la salud. (...) Era indispensable formar un ejército de maestros que, en toda la República, militara contra la ignorancia, contra la superstición, contra el cretinismo, contra la barbarie."

EL PROPÓSITO DE LA NORMAL cuando fue creado por Eugenio María de Hostos en el Año de 1880

"Señor Presidente de la República:

Señores:

Han sido tantas, durante estos cuatro años de prueba, las perversidades intentadas contra el Director de la Escuela Normal, que acaso se justificaría la mal refrenada indignación que ahora desbocara sobre ellas.

Pero no: no sea de venganzas la hora en que triunfa por su misma virtud una doctrina. Sea de moderación y gratitud.

Sólo es digno de haber hecho el bien, o de haber contribuido a un bien, aquel que se ha despojado de sí mismo hasta el punto de no tener conciencia de su personalidad sino en la exacta proporción en que ella funcione como representante de un beneficio deseado o realizado.

El que en ese modo impersonal se ha puesto a la obra del bien, de nadie absolutamente de nadie, ha podido recibir el mal. ¿Qué gusano, qué víbora, qué maledicencia, qué calumnia, qué Judas, qué Yago han podido llegar hasta él? ¿Es él un gusano? ¿Es él un áspid? ¿Es él una excrecencia revestida de la forma humana?

No, señores: él es lo más alto y lo más triste que hay en la creación. Es la, roca desierta que soberanos esfuerzos han solevantado lentísimamente por encima del mar de tribulaciones, y que sufre sin quebrantarse la espuma de la rabia, el embate de la furia, el horror desesperado de las olas mortales que le asedian. Es La conciencia, triste como la roca, pero alta como la roca desierta del océano. Y no la conciencia individual, que siempre toma su fuerza en la inconciencia circundante, sino la conciencia humana, que toma su fuerza de sí misma, que de sí misma recibe su poder de resistencia, y, secundando a la naturaleza, sacrifica el individuo a la especie, la personalidad a la colectividad, lo particular a lo general, el bienestar de uno al bienestar de todos, el hombre a la humanidad.

En esa región de la conciencia no hay pasiones como las pasiones vergonzosas que amojaman el cuerpo y el alma de otros hombres: unos y otras pasan por debajo, precipitándose en la sima de su propia nada, sin que logren de la conciencia, que va trepando penosamente su pendiente, ni una mirada, ni una sonrisa, ni un movimiento de desdén. Ascendiendo siempre la una, bajando siempre las otras ¿qué venganza más digna de la una que el seguir siempre ascendiendo, qué castigo mayor para las otras que el seguir siempre bajando?

Muy por debajo de la cumbre, al pie del ventisquero, una turba de enfermos, que habían ido a buscar la curación de sus dolencias o de sus pasiones en aquella salutífera desolación, se entretenía contemplando la angustiosa lucha entre el débil andícola y los fuertes Andes; y, como siempre que los hombres se entretienen, los unos se mofaban del débil, los otros celebraban con risotadas las irracionales mofas, éstos tiraban piedras que no podían alcanzar al inaccesible animalito, aquéllos trataban de acosarlo con sus vociferaciones, alguno que otro lo compadecía, sólo uno tomaba para sí el ejemplo que él le daba, y todos deseaban que llegara el desenlace cualquiera que esperaban"...

En época del General Ulises Heureaux (Lilis) y otros gobiernos en el año de 1879 fundó la Primera Escuela Normal para formar profesores capaces de luchar contra la ignorancia como un ejército de hombres bien preparados capaces de usar la razón y en sentido común sus enseñanzas. El método de Hostos era Positivista basado en la capacidad y el pensamiento para: observar, juzgar, analizar, criticar y conocer para producir los verdaderos cambios de la sociedad desde la escuela, cuyo principio básico era la verdad científica, la razón y la moral para desarrollar hombres ilustres y libres a fin de pensar por cuenta propia. Cierto es que Hostos fue el verdadero reformador de la educación de la República Dominicana, Chile y gran parte de América.

Hostos constituye la piedra angular del magisterio concierte de América que trabajo, enseñó y practicó la conciencia Moral y ética a plenitud, el maestro lo expresa así: "El que se acerque al precipicio caerá en el; el que lo siga, tal vez se detendrá, y los propensos al abismo, con la tragedia de Shakespeare en la mano y auscultando con atención su corazón, meditaran largamente y llorarán...Ante la razón como ante la religión, arrepentirse es salvarse; salvarse es ponerse la conciencia delante de los ojos". Al maestro, Hostos le dice lo siguiente: "Mi Venerable maestro: Bienaventurado el que sufre persecución por la verdad, y bien hallado el que vive en sí mismo, y puede con benévola sonrisa lastimarse del error de las pasiones. perdónelos usted, Maestro: Los infelices no saben que se hieren. Piensan que el arma que mal usan mata en el hombre, a la ideas que odian, y se engañan...Mi querido y Venerable Maestro, en estos momentos de gloriosa prueba; si estuviera en Madrid para expresarle los afectos de mi alma, le estrecharía la mano...Deje que calle, que sonría, que le apriete cordialmente la mano. Todo mi respeto, Eugenio María de Hostos (García, 2003: 137).

Hostos fue un gigante abanderado de los Derechos Humanos y entendía que la escuela era el vehículo idóneo para aprender la ciudadanía. Hoy que se plantea varios tipo de ciudadanía tales como la Activa, Osler 2000, (por ser cívicamente responsable de conciencia viva), Ciudadanía Cosmopolita, según Cortina, 1998, es aquella que trasciende el marco nacional y supera las barreras y se convierte en ciudadanía global; Una Ciudadanía lntercultural, Carneiro 1999, Cortina 1998, no discrimina y apuesta por el reconocimiento de la riqueza de construir un espacio comunitario desde la diversidad y las diferencias. También la ciudadanía a la que aspiramos en América debe ser Paritaria (supera los prejuicios sexuales, raciales); Ciudadanía Social (Carneiro, 1999, que de respuesta al fenómeno de la exclusión y propiedad las condiciones de igualdad, equidad y respeto en el hogar, en el trabajo, en la escuela y en toda la comunidad). Por lo tanto, este modelo de ciudadanía Crítica y Dinámica está fuertemente comprometida con el "Ejercicio de la ciudadanía como proceso mediante el desarrollo del sentimiento de pertinencia", de construcción, de comprensión democrática y de reconocimiento mutuo de los procesos legales, jurídicos sociales y educativos. Como se puede en la actualidad construir ese nuevo ciudadano de primera categoría, según el grupo de lnvestigación de la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Barcelona (CREDI), se necesita: 1. El conocimiento como base, 2. la aceptación como condición, 3. la valoración como impulso. 4. El desarrollo de las personas y 5. la ciudadanía intercultural como proceso. Ciertamente que; La escuela debe convertirse en un espacio permanente de espacio para la ciudadanía. Cuando según Bartolomé y Cabrera, 2007, la comunidad educativa construye proyectos, elabora normas de convivencia, delibera ante los problemas, toma decisiones y reparte responsabilidades. (Taveras, l, 2008: 25, Revista lNAFOCAM)

Conclusión:

Don Eugenio María de Hostos formó parte de la Junta Revolucionaria Cubana creada en Nueva York y dirigió su órgano periodístico La Revolución. Posteriormente, Eugenio María de Hostos recorrió América del Sur propagando sus ideas liberales, dirigió en Venezuela el Colegio Nacional de Asunción y fundó en Santo Domingo la llamada Escuela Normal, para volcarse de lleno en una incesante actividad pedagógica (1879-1888) que luego extendió por Chile entre los años de 1889 y 1899. Antes de partir, organizó el sistema educativo dominicano con la enseñanza del sistema laico impartido por hombres de ciencia, así creo en 1879 la Escuela Normal. Este gran maestro de América escribió el cuento infantil "En Barco de Papel". Murió en Santo Domingo en el Año de 1903: Muchos maestros notables pasaron por las aulas de la denominada: Escuela Normal.

Alumnos aventajados:

Graduados en la primera promoción de maestros normales de la Escuela Normal, estuvieron Félix Evaristo Mejía junto con Francisco J. Peynado, Gerardo Jansen y Arturo Grullón.

Fuente Bibliográfica

Moquete, J (2000): Ensayos sobre la Educación Dominicana, Santo Domingo: Editora de Colores.

García, F. (2003): El Evangelio Vivo de Hostos, Santo Domingo: Fundación para la Educación y el Arte.

Moquete, J. (2008): Salomé Ureña en el Sector Educación, Santo Domingo: Editora Josué.

Revista INAFOCAN, Año 2,Vol. 5, Nov. 2008 "Educar en la Ciudadanía", Santo Domingo.

Fuente secundaria en la WEB, rescatada el 8 de enero del año 2009.

Pedro Henríquez Ureña: Sociología de Hostos

Chiqui Vicioso: Eugenio María de Hostos: Otramirada

Chiqui Vicioso: Hostos, el periodista

Diómedez Núñez Polanco: Hostos y Bosch en la dominicanidad

Basilio Belliard: Bosch y Hostos.

Autor: José Daniel Martínez

http://www2.elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=135653

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