15 Enero 2009, 11:06 AM
Escrito por: JUAN ARÍSTIDES TAVERAS GUZMÁN

Prometimos seguir tocando el tema del título, pero hubo compromisos y la circunstancia de El Nacional no circuló el jueves 25 de diciembre y el 1 de enero. Vuelvo con el tema haitiano, donde cada día algo nuevo mortifica, pero esta situación hay que resolverla, y en noviembre de 2008, por lo menos destacamos parte de lo que tenemos que hacer ambos países por ser vecinos.

En el caso de los dominicanos y Haití, laten, aunque sigan negándolo, intereses que han aspirado a que nos integremos ambos países alegando la circunstancia especial de que somos dos pueblos en una sola isla, pero olvidan de mala fe, que somos distintos e independientes.

Los dominicanos hemos hecho mas que la propia comunidad internacional a favor de Haití y no podemos hacer más de lo que hemos hecho, hasta extremo que vienen ocupando la mayoría de los trabajos que tenemos para nuestros dominicanos a todos los niveles.

Yo mismo lo he hecho, en cónclaves en que he participado al más alto nivel en el país y en el extranjero, tanto en la Organización de Estados Americanos, las Naciones Unidas, y conferencias internacionales cuando trabajé como embajador Extraordinario y Jefe de la Misión Dominicana ante las Naciones Unidas y luego como Canciller, cuando se inauguró el Faro a Colón, que nos costo inaugurarlo porque al presidente Balaguer se le murió su hermana Enma en aquel espacio tan complicado pero ¡cuánta experiencia nos dejó aquello!

Hoy el problema se ha acentuado con nuestros vecinos.

Acabamos de ver un titular del sábado 10 de enero en primera página del diario Hoy: “Haití en la frontera, una bomba de tiempo”. Y conste, el vecino Haití tiene un Presidente ahora prudente, pero siguen las agitaciones y eso hay que controlarlo mejor, con todo respeto. En el pasado lo logramos y los presidentes haitianos no tenían las condiciones del actual, René Preval.

Nos vamos a permitir hoy precisar algunas puntualizaciones históricas que ambos países debemos conocer, como por ejemplo que, según nuestras Constituciones, los hijos de ilegales son haitianos, según el derecho internacional y según la Constitución de ellos, como la nuestra, ya que somos parte de la Convención de Viena sobre relaciones Consulares del 1963, la cual forma parte del derecho común Internacional Privado, y ambos Estados están obligados a observar el literal F del Articulo 5 de la Convención de Viena, donde los Cónsules actúan como funcionarios de Registro Civil y otros.

Tenemos que hacer que los voceros haitianos y dominicanos nos manejemos con más tacto y que las autoridades de ambos pueblos sean mas eficientes, hasta enterrar la discriminación donde la haya, y nuestras leyes tienen que funcionar y aplicarse para evitar la tragedia parecida al caso Israel y Palestina, hace tanto tiempo, con el agravante de la ineficiencia de organismos internacionales y la propia comunidad con el extremo que algunos pueblos no respetan lo que acaba de decidir la ONU en su Consejo de Seguridad, relacionado con dicho cuadro, problema donde los Estados Unidos le saca la vuelta. Así no podemos seguir manteniendo estos organismos y tantos funcionarios en pleno siglo XXI. Eso no puede ser, ya basta de frustraciones por una u otra razón y gastos mayúsculos para nada.

Haití y nosotros tenemos que organizarnos, y es un problema donde la Comunidad Internacional tiene que responder, y más cuando podríamos beneficiarnos ambos países en proyectos a todos los niveles, cuando dichos organismos, llámese OEA, ONU y demás, funcionen, así como nuestros departamentos que tienen que velar tanto en Haití como en nosotros.

Destaco la Secretaria de Trabajo para controlar la cantidad de extranjeros que pueden trabajar de acuerdo con nuestras leyes; Migración, nuestras autoridades militares para la seguridad de la frontera, y nuestra Cancillería, en cumplimiento a lo pautado por quien instruye la política exterior en todo pueblo independiente, que lo es siempre el Presidente de la República.