Descifrar los códigos de los mensajes
presidenciales subliminales ha sido siempre tarea de especialistas. A
veces la expresión más simple, el gesto más inocuo, la palabra más
sencilla o la expresión más inocente de un jefe de Estado, lleva un
mensaje cifrado que no a todos escapa.
Es memorable la anécdota del amigo a quien Trujillo se encuentra por casualidad en la calle El Conde en los primeros años de su gobierno:
¿Muchacho, y tú estás vivo todavía...? Una expresión aparentemente inocente para demostrarle afecto, simpatía y la satisfacción de volver a verlo.
Horas después dejó de estar vivo. El mensaje llegó clarito a los asesinos que acompañaban al dictador en ciernes.
En trapacerías de esa naturaleza Balaguer fue prolífico. Muchas veces su silencio lo decía todo. O una simple mueca bastaba para dejar tullido a cualquiera.
Por supuesto, los mensajes cifrados de los presidentes no siempre tienen que ser tan macabros. Menos tratándose de jefes de Estado democráticos y respetuosos de la Constitución y las leyes. Como ha ocurrido ahora con Danilo, Vincho y Leonel.
¿Cuál es el mensaje?
Clarísimo también: A las indelicadezas de los funcionarios hay que ponerles fin. No se puede seguir tolerando acciones de clara depredación del Erario, las sobrevaluaciones de obras, los cobros de peajes por contratos de grado a grado, las compras irregulares...
¿Quién mejor que Vincho Castillo para hacer cumplir el nuevo Código de Ética y para meter en cintura a los funcionarios tan proclives a hacerse ricos en las funciones oficiales?
Pero con ello también se envía un mensaje claro: No se trata de una cacería de brujas. No es a pescar corruptos favoritos que viene Danilo Medina. No es a perseguir a los funcionarios del pasado gobierno. Menos, a buscar la cabeza de Leonel Fernández.
Esto último es lo que quisiera la canalla mediática. Desde que Danilo ganó las elecciones los enemigos de Leonel apuntan en esa dirección, quisieran que a todas las irregularidades del sistema se le pusiera el nombre del pasado Presidente, porque la primera intención es lograr un cisma en la base de apoyo del nuevo gobierno.
Por eso batieron palmas con el discurso de toma de posesión, pero hicieron bembitas cuando una hora después Danilo revalidó más del 70 por ciento de los funcionarios del gobierno anterior.
Les hubiera gustado, y a eso apostaron, que el nuevo Presidente hubiera hecho tabla rasa y roto definitivamente con Leonel. Pero se les peló el billete.
Las mismas bembitas
Con Vincho les pasó algo similar. Aplaudieron hasta hinchárseles las manos cuando en el Consejo de Gobierno Danilo anunció su plan de austeridad. Pero de nuevo interpretaron mal. Creyeron que Danilo la cargaría contra Leonel y que ordenaría investigar todas las denuncias ñincluyendo las habladuríasñ del anterior gobierno.
Pero al designar a Vincho y otorgarle poderes para investigar, interrogar y poner en marcha la acción pública, el mensaje está claro: el que metió la pata tendrá que responder de acuerdo al tamaño de su delito...
Pero sólo el que metió la pata. No a quien la canalla mediática quiera perseguir buscando la cabeza de Leonel.
El mensaje les llegó clarito también a quienes pensaron que el objetivo nuevamente era Leonel Fernández. Por eso sus lágrimas de cocodrilo corren a raudales desde que se conoció el decreto responsabilizando a Vincho de tan importante misión.
Y de Leonel que se olviden... ¡Otra vez se les peló el billete!
http://listin.com.do/puntos-de-vista/2012/8/24/244796/Vincho-en-un-pais-donde-con-una-mueca-tullen-a-uno
Es memorable la anécdota del amigo a quien Trujillo se encuentra por casualidad en la calle El Conde en los primeros años de su gobierno:
¿Muchacho, y tú estás vivo todavía...? Una expresión aparentemente inocente para demostrarle afecto, simpatía y la satisfacción de volver a verlo.
Horas después dejó de estar vivo. El mensaje llegó clarito a los asesinos que acompañaban al dictador en ciernes.
En trapacerías de esa naturaleza Balaguer fue prolífico. Muchas veces su silencio lo decía todo. O una simple mueca bastaba para dejar tullido a cualquiera.
Por supuesto, los mensajes cifrados de los presidentes no siempre tienen que ser tan macabros. Menos tratándose de jefes de Estado democráticos y respetuosos de la Constitución y las leyes. Como ha ocurrido ahora con Danilo, Vincho y Leonel.
¿Cuál es el mensaje?
Clarísimo también: A las indelicadezas de los funcionarios hay que ponerles fin. No se puede seguir tolerando acciones de clara depredación del Erario, las sobrevaluaciones de obras, los cobros de peajes por contratos de grado a grado, las compras irregulares...
¿Quién mejor que Vincho Castillo para hacer cumplir el nuevo Código de Ética y para meter en cintura a los funcionarios tan proclives a hacerse ricos en las funciones oficiales?
Pero con ello también se envía un mensaje claro: No se trata de una cacería de brujas. No es a pescar corruptos favoritos que viene Danilo Medina. No es a perseguir a los funcionarios del pasado gobierno. Menos, a buscar la cabeza de Leonel Fernández.
Esto último es lo que quisiera la canalla mediática. Desde que Danilo ganó las elecciones los enemigos de Leonel apuntan en esa dirección, quisieran que a todas las irregularidades del sistema se le pusiera el nombre del pasado Presidente, porque la primera intención es lograr un cisma en la base de apoyo del nuevo gobierno.
Por eso batieron palmas con el discurso de toma de posesión, pero hicieron bembitas cuando una hora después Danilo revalidó más del 70 por ciento de los funcionarios del gobierno anterior.
Les hubiera gustado, y a eso apostaron, que el nuevo Presidente hubiera hecho tabla rasa y roto definitivamente con Leonel. Pero se les peló el billete.
Las mismas bembitas
Con Vincho les pasó algo similar. Aplaudieron hasta hinchárseles las manos cuando en el Consejo de Gobierno Danilo anunció su plan de austeridad. Pero de nuevo interpretaron mal. Creyeron que Danilo la cargaría contra Leonel y que ordenaría investigar todas las denuncias ñincluyendo las habladuríasñ del anterior gobierno.
Pero al designar a Vincho y otorgarle poderes para investigar, interrogar y poner en marcha la acción pública, el mensaje está claro: el que metió la pata tendrá que responder de acuerdo al tamaño de su delito...
Pero sólo el que metió la pata. No a quien la canalla mediática quiera perseguir buscando la cabeza de Leonel.
El mensaje les llegó clarito también a quienes pensaron que el objetivo nuevamente era Leonel Fernández. Por eso sus lágrimas de cocodrilo corren a raudales desde que se conoció el decreto responsabilizando a Vincho de tan importante misión.
Y de Leonel que se olviden... ¡Otra vez se les peló el billete!
http://listin.com.do/puntos-de-vista/2012/8/24/244796/Vincho-en-un-pais-donde-con-una-mueca-tullen-a-uno
No hay comentarios:
Publicar un comentario