La lucha del Dr. Marino Vinicio Castillo contra el narcotráfico y su decisiva participación política en el proceso electoral del año 2012, con la que se impidió el regreso al poder de Hipólito Mejía y el Grupo PPH, lo han convertido en el blanco de una feroz y agresiva campaña de descrédito, que busca debilitar su imagen como el funcionario responsable de velar por la ética y el comportamiento decoroso de todos los funcionarios del Estado Dominicano, a través de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental.
Se han invertido muchos millones de pesos, se han inundado las redes y mandado imprimir muchos libros, incluyendo ridículos piquetes ante el Palacio Nacional, pidiendo la destitución del Presidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), quien además es Asesor Antidrogas del Presidente Danilo Medina.
La miopía y la torpeza de quienes idearon y ejecutaron esta fallida campaña contra el Dr. Castillo no los dejó ver que los argumentos centrales usados para querer descalificarlo, lo único que han probado es que, a sus 82 años (con una vida pública intensa de más de 50 años siendo protagonista importante en la vida nacional), sus adversarios, incluyendo las mafias de drogas y corrupción, no han podido encontrar ningún elemento serio que pueda inhabilitarlo o afectar su rectitud como hombre público, como profesional y ciudadano.
Las mafias que han pagado esta campaña contra mi padre pretendieron crear un escándalo alrededor de su declaración jurada de bienes como funcionario público, basada en la supuesta omisión de varias parcelas heredadas de su madre, que se encuentran indivisas con sus dos hermanos, Aristeo y Euridice, de 86 y 84 años, respectivamente, y que se encuentran en manos de la familia Rodríguez hace alrededor de 200 años. ¡Qué orgulloso nos sentimos de nuestro padre, cuando vemos que las mafias y sus pandillas mediáticas, luego de auscultar minuciosamente su vida, tengan que recurrir a un argumento tan ridículo y baladí, para querer empañar su honra! Por eso sostenemos que, lejos de desacreditarle, lo enaltece lo absurdo del argumento, convirtiéndose en un homenaje a su figura.
Independientemente de lo absurdo del argumento usado para la campaña de descrédito contra el Dr. Castillo, basta para cualquier lector entrar en la dirección electrónica www.digeig.gob.do y procurar su Declaración Jurada de Bienes, en la que figura bajo el título “Herencias”, la propiedad indivisa entre 3 coherederos de las parcelas heredadas por su madre, consistente en unos cientos de tareas de cacao en San Francisco de Macorís.
Por ese supuesto “crimen”, al Dr. Castillo se le exhibió con gozo en un perverso álbum de descrédito “tras las rejas”, mandado a preparar por las mafias bajo el título de Álbum del Rumor Público, que fue gozosamente difundido en algunos medios tratando en vano de confundir al pueblo dominicano. Ese es el precio de sus luchas contra los delincuentes. En todos los manuales de estudio sobre el comportamiento de las mafias en el mundo se encuentra el mecanismo de los grandes capos de mandar a asesinar moralmente al funcionario que les resulta incómodo, en este caso al Dr. Marino Vinicio Castillo.
Lo que al parecer no tomaron en cuenta los ejecutores de tan macabra encomienda, es la historia del Dr. Castillo, que fue el primer ciudadano de América Latina que motorizó con éxito el enjuiciamiento de un Presidente, de un Ministro de las Fuerzas Armadas y de un zar económico en el año 1986, que terminó con condenas de 20 años para cada uno de ellos, en juicio oral, público y contradictorio de más de 2,000 horas televisado al país.
Vincho Castillo fue el blanco del gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco, cuando a éste le quedaban alrededor de dos años de mandato. Toda la maquinaria del Estado se abalanzó para destruirle estando en la oposición. Al final, las mafias enquistadas en el poder de entonces, cayeron abatidas por la historia, la verdad y la justicia, al grado de que 27 años después ninguno de los funcionarios que participaron en ese fatídico gobierno pudieron levantar cabeza jamás en este país.
Desde aquellos años 1986 el Dr. Castillo alertaba al país de la instalación de 36 pistas clandestinas para operaciones de narcotráfico, que fueron confirmadas por la DEA de los Estados Unidos. Estudioso del proceso degenerativo de la vida pública colombiana influida por el crimen organizado, Vincho Castillo se pasó años desde su programa La Respuesta y desde todos los foros académicos, advirtiendo a su sociedad de los peligros que la asechaban con el tema de las drogas y el padrinazgo político, militar y policial impune.
En aquellos momentos se le desoyó, se le acusaba de “fabulador”. Sin embargo, la historia aplastó a los pigmeos y paniaguados de las mafias en los medios de comunicación que le adversaron, demostrando cuánta verdad y seriedad había en sus premoniciones y advertencias.
Igual que en el gobierno de Jorge Blanco, el Dr. Castillo enfrentó con valentía las lacras de corrupción y narcotráfico del gobierno de Hipólito Mejía y advirtió al país de los peligros que representaba su paso por el poder. La maquinaria del Estado volvió de nuevo a tratarlo de pulverizar con el mismo resultado del de Jorge Blanco. La verdad se impuso y se comprobó. El PPH descuartizó la nación moral, política y económicamente. El Dr. Castillo salió victorioso nuevamente en su defensa a la nación.
Las campañas de descrédito de las mafias de ayer no pudieron afectar su moral y su bien ganada fama como hombre público, profesional y ciudadano. Hoy, igual que ayer, han vuelto a fracasar.
http://www.listindiario.com.do/puntos-de-vista/2013/8/12/288009/Vincho-enfrentado-por-las-mafias
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