Hemos leído muchas opiniones interesadas sobre el papel del Presidente del país, en tiempos de elecciones al Congreso, y se nos hace muy difícil entender la posición que asumen sectores interesados, oponiéndose a que éste participe en la promoción de los candidatos de su partido.
La Constitución del país es clara en este respecto.
Párrafo I.- Todo funcionario o empleado público de los organismos autónomos del Estado y de los ayuntamientos, que, de acuerdo con la Constitución y las leyes, sean postulados por una agrupación o partido político para cargos de presidente y vicepresidente de la República, senador, diputado y síndico municipal y regidores, desde el momento en que su candidatura sea aceptada por la junta electoral correspondiente, quedará suspendido en sus funciones ipso-facto, con disfrute de sueldo, hasta el día siguiente de las elecciones.
No siendo el Presidente un candidato a ninguna posición, nada le impide brindarle su apoyo, a los candidatos de su partido.
Hablar del uso de recursos del Estado, cuando el Presidente Leonel Fernández se moviliza en apoyo de sus compañeros de partido, es una posición hipócrita, de aquellos que nunca se preocuparon cuando ellos estaban al frente del Estado, y hacían y deshacían, sin rendirle cuenta a nadie de sus actos.
En los Estados Unidos, la cuna de la democracia, el Presidente se moviliza por todo el territorio de la nación, en apoyo de los candidatos de su partido, llevando consigo una comitiva de cientos de personas, y haciendo uso del avión presidencial, la limosina, el helicóptero, decenas de agentes del Servicio Secreto, decenas de agentes de las policías de los Estados que visita, y nadie protesta o escribe en los medios de prensa, criticando este uso de los recursos de los contribuyentes.
Pero en la República Dominicana, la cuna de la pulcritud y el decoro, leemos a diario y escuchamos en los medios de comunicación, como se critíca a nuestro Presidente, por hacer ejercicio de lo que la Constitución le permite.
La hipocresía de muchos en nuestro país no tiene punto de comparación.
Todos los Presidentes que hemos tenido, han hecho campaña a favor de los candidatos de sus respectivas agrupaciones políticas, y si algunos se preocupan ahora por esto, es porque quizás ninguno de esos Presidentes han tenido la capacidad de arrastre y convencimiento que tiene Leonel. Lo que le pone los pelos de punta a sus adversarios políticos, por lo que estos pierden la capacidad de conciliar el sueño, viendo como Leonel se desplaza sobre la geografía del país, logrando el apoyo masivo en las distintas comunidades que visita, para los candidatos de su partído y aliados.
El problema no es el uso de los recursos del Estado. El problema es Leonel, y el apoyo que este concita en el pueblo dominicano.
Algunos reclaman a la Junta Central Electoral, el que detenga la participación del Presidente en la actual contienda electoral, algo que la Junta Central Electoral no está en capacidad legal de hacer. Por lo que no le queda otra alternativa a la posición, que la de pelear sus propias batallas, sin pretender que el arbitro cambie las reglas en medio del combate.
Estas elecciones no son una contienda entre candidatos locales, sino un plebiscito entre dos candidatos: Leonel Fernandez y Miguel Vargas Maldonado.
El 16 de Mayo el pueblo dominicano va a decidir a cuál Partido quiere al frente del Congreso del país, y va a enviar un mensaje claro e inequívoco, sobre qué camino desea transitar mas allá del 2012.
sp/am
http://www.almomento.net/news/135/ARTICLE/58330/2010-04-26.html
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