6 Marzo 2009, 12:28 PM
Escrito por: JORGE HERRERA

La fundación de la Marina de Guerra debe su origen a la gloriosa Armada Naval Nacional, concebida por los héroes del mar, comandantes Juan Bautista Cambiaso, Juan Bautista Maggiolo y Juan Alejandro Acosta, quienes establecieron un bloqueo en la costa norte de Haití, determinante para nuestro triunfo en la batalla de Beller en 1845.

En las Puertas de la Misericordia y de el Conde, además de Acosta, se encontraban otros marinos a quienes la Junta Central Gubernativa que presidía Tomás de Babadilla ordenó tomar el puerto de Santo Domingo con todas las embarcaciones haitianas, y Juan Alejandro Acosta parte hacia Curazao a bordo de la goleta “Leonor” con la misión de repatriar a Duarte.

La historia registra la importancia de la batalla de Tortuguero del 13 al 15 de abril de 1844, bautismo y fragua de nuestra Marina; una escuadra haitiana que asediaba el litoral sur fue derrotada por el fuego naval de las goletas “Separación Dominicana”, “María Chica” y “Leonor”, comandadas por los tres gloriosos “Juan” de nuestra fuerza náutica.

Cuando la Junta Gubernativa informa de la hazaña mediante edicto, ocho días después, es que nace legalmente la Marina de Guerra Dominicana con cuya flotilla se expulsó a los filibusteros y barcos de guerra haitianos, y se implementa el transporte de soldados y provisiones a la infantería del ejército que liberaba las comunidades ocupadas en la franja sur hasta la frontera, y establecía campamentos de defensa estratégicos.

La primera Escuela de Marina se funda en 1853 por disposición del presidente Báez. Acaso en reconocimiento a esa iniciativa es que el General de Marina Simón Corso permanece leal a su gobierno, cuando comienza en Santiago la revuelta de julio de 1857. La flotilla se divide en dos facciones, pues el almirante Acosta se puso a las órdenes del general José Desiderio Valverde, cabeza de los revolucionarios.

En 1917, en virtud de la Orden Ejecutiva 47 del 7 de abril, dictada por el gobierno militar impuesto por el Imperio, la Marina Nacional, que contaba con 42 soldados para tripular los tres buques de su flota, fue desintegrada junto a los otros cuerpos armados, y se creó la Guardia Nacional Dominicana que comandó el brigadier Rafael Trujillo.

En 1933, Trujillo la restablece, en tanto “las condiciones geográficas del país la reclaman”, según le comunicó Teódulo Pina Chevalier, secretario de las Fuerzas Armadas. “No tiene dudas esta Secretaría de Estado de que V.E. con su vibrante espíritu de progreso y atento siempre a las necesidades perentorias de la República logre en el futuro próximo restaurar nuestra extinta Marina de Guerra, y aún superarlas para la defensa de nuestros mares, puertos y costas nacionales”, termina la recomendación del tío materno del Jefe para rehabilitar la Marina de Guerra Dominicana.

Por feliz coincidencia o designio del destino de los tres Juan, dos, también eran Bautista, como aquel otro Juan que, según los Evangelios, bautizó a Jesús en el río Jordán (Lucas 3:21-22, Marcos 1:9-11) y lo reconoció como Mecías (Juan 1:25-34, Mateo 3:13-17).

He querido recrear algunos detalles de la creación de nuestra segunda institución armada, retrotrayendo parte de los hechos históricos.