Felicidades tardías a los periodistas "de verdad" que celebraron su día, el pasado 5.
Escrito por: Carlos Manuel Estrella (puntosyenfoques@hotmail.com)
Con razón el maestro de las letras Gabriel García Márquez ha dicho que el periodismo es “el mejor oficio del mundo” y él es ejemplo a seguir en este campo porque su genio de escritor fue precedido por su labor de reportero, a la que no renuncia pese a su estatura como Nobel de Literatura.
El famoso colombiano Gabo reflexiona sobre este oficio y se esfuerza en promover las buenas prácticas, la ética y el mejoramiento continuo por vía de la una fundación que, entre otras actividades, realiza seminarios y concursos internacionales, orientados a estimular el periodismo puro y noble.
A propósito del día y semana del periodismo dominicano, resulta oportuno reflexionar sobre el ejercicio profesional en momentos en que parece todo en la vida se ha contaminado con Don Dinero, la sociedad mercantilista en que la preocupación básica es por el tener en vez del ser.
La primera responsabilidad del periodista es servir a la verdad, para que las audiencias o destinatarios de su trabajo tengan una perspectiva correcta de la realidad, porque este particular servidor es una especie de cronista público autorizado de la cotidianidad del ser humano.
La cuestión fundamental es que el periodismo es un servicio público, el reportero maneja como mercancía o producto la información, casi siempre noticiosa, que es de interés social y un bien colectivo al que la comunidad tiene derecho a recibir en forma veraz, oportuna y completa.
Para los bisoños o aspirantes a periodistas, la experiencia de la práctica honesta indica que no es una actividad que permite el rápido enriquecimiento si se ejerce apegado a principios éticos, porque tiene mucho de sacerdocio, por eso es necesario hacer votos de fidelidad a la verdad y al ejercicio pulcro.
En el país hay periodismo y “periodismo”, la comunidad percibe dos caras, no por falta de profesionalidad o el viejo enfrentamiento de empíricos y académicos, sino por el libertinaje en la libertad de prensa, el corporativismo mediático que llega al pandillerismo y la “opinión pública” suplantada por la publicada.
En nombre de la libre expresión y difusión del pensamiento, consagrada en la Constitución e inherente a todo ser humano, se comenten excesos y abusos, por parte de enganchados a la comunicación y “periodistas”.
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/4/7/44708/Puntos-y-Picas
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