Vinicio A. Castillo Semán - 4/12/2010
El anuncio oficial de que el Presidente de la República viajará el próximo día 19 a Caracas para, entre otros acuerdos, suscribir la venta del 49% de las acciones de Refidomsa a la estatal PDVSA ha generado un avispero en el país y sobre todo en el sector empresarial y las entidades de la sociedad civil que éste promueve.
A mi juicio, la operación de venta y alianza estratégica en la Refinería con Venezuela pasará a la historia como una de las decisiones más trascendentales y positivas que haya tomado el Presidente Leonel Fernández. Esto lo podemos decir, porque con quien se está pactando es con quien ha probado ser un verdadero campeón de la solidaridad económica con la República Dominicana y los países del área.
Para quien tenga mala memoria, sólo en el 2008 Venezuela y su Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, le financió a través de Petrocaribe a nuestro país más de 500 millones de dólares y en el 2009 más de 300, a 25 años de plazo para pagar y a un interés irrisorio de un 1%, con posibilidad de pagar y amortizar esta deuda con productos agrícolas. Esas sumas anuales son mucho más, y en mejores condiciones, que las otorgadas por el FMI y los organismos internacionales de financiamiento juntos.
Las agrupaciones empresariales no pueden llevarse de prejuicios ideológicos y políticos foráneos y de contradicciones internacionales en las cuales no tenemos porqué involucrarnos. Es bueno recordarles, por si se les ha olvidado, que cuando el barril de petróleo superó la barrera de los 150 dólares y se duplicó la factura petrolera, uno de los salvadores y protectores de la estabilidad macroeconómica dominicana, vital para todas sus empresas, fue la mano amiga del Presidente Hugo Chávez. No oí en esos momentos cruciales (que siguen hoy dándose con un barril de petróleo en los 86 dólares), a nadie quejarse de la dependencia o de la pérdida de soberanía nacional, con respecto a Petrocaribe y la ayuda Venezolana.
La dependencia nuestra con Venezuela no vendrá porque ésta sea socia minoritaria de la Refidomsa. La dependencia nuestra es económica, viene de los dólares que hay que buscar constantes y sonantes, cuando hay que pagar la factura petrolera a los precios que dictan los mercados mundiales. Lo que ha hecho, como nadie antes, el Presidente Chávez es diferirnos generosamente el pago de esos dólares a través de Petrocaribe, que sí hubiera sido, si él hubiera querido, un instrumento de presión sobre la política exterior del gobierno dominicano, lo que afortunadamente no ha ocurrido.
El pleito del Presidente Chávez con los Estados Unidos no es nuestro. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial con el que tenemos y debemos mantener las mejores relaciones, en todos los órdenes. Eso no significa, sin embargo, que el gran poder del Norte pueda exigirnos enfrentar en nuestra política exterior a quien ha demostrado ser amigo solidario del país, el Presidente Chávez. Ese mismo razonamiento es válido a la inversa, el Presidente Chávez y su gobierno no pueden, y gracias a Dios tampoco se le ha ocurrido, pedirnos que a cambio de la ayuda de Petrocaribe, rompamos el tratado de libre comercio con Estados Unidos, o afectemos nuestras excelentes relaciones con ese gran país.
Dicho esto, la sociedad con Venezuela en la Refinería en forma concreta es totalmente favorable. El Estado Dominicano, contrario a su anterior y perjudicial sociedad con la multinacional Shell, mantendrá la condición de socio mayoritario y administrador de Refidomsa. Ya asociada con PDVSA, la Refinería tendrá una posibilidad real de ampliación de su capacidad de refinar combustible, a través de financiamiento que evidentemente se le abrirán en el mercado internacional, por ser socia de uno de los principales productores mundiales de petróleo, sin que ésto implique, en modo alguno, una modificación del 51% del capital accionario del Estado Dominicano en la Refinería.
Pero la alianza con Venezuela en materia petrolera no debe sólo quedarse en la Refinería. Si alguna posibilidad real de exploración petrolera tiene la República Dominicana, es de la mano con PDVSA y Venezuela. Para nadie es un secreto que es prácticamente imposible en el mundo de hoy hacer exploraciones exitosas sobre yacimientos petroleros, si no se cuenta con la sociedad y ayuda de las grandes compañías petroleras del mundo. Tampoco es un secreto para nadie que nunca ha habido un interés real de las compañías petroleras privadas de encontrar y explotar petróleo en esta área del Caribe.
Desde el punto de vista jurídico, con la antigua y actual Constitución, siempre fuimos partidarios de que dada la trascendencia de esta transacción estratégica de la República Dominicana con Venezuela, el contrato de venta del 49% de las acciones debía ser conocido y refrendado por el Congreso Nacional, de forma tal de que esté rodeado de las mayores garantías jurídicas y tenga fuerza de ley.
Creo que el PRD, como principal partido de la oposición, haría un flaco servicio al país de oponerse a este acuerdo trascendental para la República Dominicana, basado en prejuicios contra el Presidente Hugo Chávez. La alianza estratégica con Venezuela en materia petrolera debe ser un tema en el que, como país, estemos unidos, no importa quién gobierne, al margen que se esté o no de acuerdo con el accionar político de El Comandante Hugo Chávez, a quien este país está obligado a rendirle un imperecedero tributo de gratitud.
http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=138079
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