martes, 1 de junio de 2010

Boschismo indestructible

Hoy/ Wilson Morfe

Se presenta una oportunidad para retomar el ideario boschista

Escrito por: SERGIO SARITA VALDEZ
Desempolvando los libros y volviendo a la derecha las hojas que antes habían sido volteadas a la izquierda, pasamos a revivir el ayer que sirve de plataforma a lo que somos hoy en materia de pensamiento ideológico. 

Cambian los tiempos y las circunstancias dirá con razón el oportunista complacido, ignorando adrede que los principios son como el oro que resiste el fenómeno oxidativo del tiempo al que fácilmente cede el hierro.  Los propósitos que movían a Juan Bosch,  líder del Partido de la Liberación Dominicana en el año 1982, habrían sido los mismos que enarbolaría veinte años después, si no hubiera sucumbido a la muerte. Veamos cuan claro exponía los objetivos que tenía en mente tres meses antes de las elecciones nacionales del 16 de mayo 1982. La cita la extraemos del libro El Partido, de su autoría.

Dice Bosch: “...pero si la mayoría de este pueblo echa el 16 de mayo el voto morado, no el blanco ni el colorado, sino el morado, nadie podrá impedirnos que tomemos el poder el 16 de agosto; y los dominicanos saben muy bien que si tomamos el poder el 16 de agosto, no habrá un peledeísta que se haga rico con los fondos públicos; no habrá un peledeísta que abuse de su autoridad en perjuicio de un dominicano; no habrá un peledeísta que le oculte al país un hecho incorrecto o sucio o inmoral.

Si ganamos las elecciones entraremos a gobernar, y no le quitaremos a nadie lo que tenga bien habido, pero gobernaremos para los pobres de este país; y en ese gobierno utilizaremos a todo hombre y mujer capaz en su oficio o profesión, sea reformista, sea perredeísta, sea lo que sea. Capacidad y honestidad dirigidas por un sentimiento de amor y de respeto al pueblo en que hemos nacido, un pueblo que como dijo Juan Pablo Duarte, debe ser libre o hundirse para siempre porque sin verdadera independencia ningún pueblo puede dirigir sus destinos hacia la conquista de todo aquello con que han soñado sus grandes hijos”.

Hoy contemplamos por primera vez en la historia de la democracia dominicana que el mapa nacional está pintado de morado. Ahora se presenta una magnífica oportunidad para retomar el ideario boschista, comprometiendo a todos los hombres y las mujeres capaces y honestos del país para que hagamos realidad aquel  hermoso sueño de décadas.  Así podríamos gritar de alegría que los esfuerzos y sacrificios del patricio Juan Pablo Duarte y de su hijo Juan Bosch no fueron en vano, ya que sus genuinos herederos cristalizaron aquellos  anhelos de paz y bienestar colectivo. Llenos de júbilo despertaríamos al poeta nacional, don Pedro Mir, para asegurarle que puede ya con orgullo decirle al mundo cuál es su patria. Como podrán notar quienes nos leen, soy un fiel enamorado de la mística que nos sembrara el maestro. Resuena en mi conciencia el eslogan de que el boschismo es indestructible. ¿Y en la suya?

http://67.199.16.148/opiniones/2010/5/31/327963/Boschismo-indestructible

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