El gobierno dominicano ha sido el líder en el clamor de ayuda
Transcurridos casi cinco meses del devastador sismo que destruyó a Puerto Príncipe el pasado 12 de enero no se vislumbraba una decidida acción de manos a la obra para llevarle un aliento a la diezmada población haitiana con las dudas de las promesas.
Todos han prometido de todo, y los billones de dólares prometidos alcanzarían para reinventar a un pueblo que ha tenido la desgracia de ser desgobernado por una serie de individuos preocupados cómo obtener pingües beneficios de su paso por el poder. El encuentro de Punta Cana estuvo precedido del anuncio del Banco Mundial de condonar la deuda haitiana y la del Gobierno norteamericano, asignando $2,800 millones de dólares para el rescate de Haití.
Este encuentro internacional fue un ejercicio muy saludable y admirable; todos expresaron su buena voluntad y su disposición de acudir de inmediato a las labores de reconstrucción con sus millones de dólares en las manos. Pero hay el temor difuso de que a cinco meses, los damnificados haitianos no vislumbran el momento para salir de sus padecimientos.
La barrera, que impide el vuelco generoso de los fondos para la reconstrucción haitiana, parece ser impenetrable. Está creada por la experiencia del pasado cuando tanta ayuda se esfumó cuando llegaba a las manos de las autoridades haitianas. Era el caso tradicional cuando en el pasado, el gobierno dominicano contrataba a braceros para la zafra azucarera, el pago se recibía en el aeropuerto de Puerto Príncipe por funcionarios haitianos y nunca llegaba a las arcas oficiales.
Hay muchos proyectos de buena fe e intenciones para acudir en rescate de Haití. Tanto los norteamericanos como los dominicanos tienen sus ojos puestos en esa labor de reconstrucción, ya que beneficiarían sus empresas constructoras e industriales.
Lo que figura en papeles de donaciones y de créditos en condiciones blandas no se materializa con rapidez por ese temor difuso de no tener la certeza del destino final de los recursos.
De la reunión de ayer están saliendo nuevas líneas de acción y de propósitos de enmienda, pero solo cuando existan funcionarios y técnicos haitianos que realmente les duela el país, apartando sus aspiraciones para decidirse colocar sus hombros junto a tantos países extranjeros, que han abierto sus áreas para socorrer al pueblo haitiano. Se podría decir que se está en los umbrales de la acción de rescate bien organizada, con una armonía de esfuerzos que permita superar recelos y llevar a cabo lo que demanda el pueblo haitiano para su redención.
Ya el pueblo y el gobierno dominicano del presidente Fernández ha hecho su parte desde el mismo 12 de enero. Esa vez se volcó admirablemente para socorrer a los miles de damnificados, que en sus angustias, se vieron abandonados por todos. Solo la mano amiga de los socorristas criollos acudió masivamente y con amor para darle el apoyo que requería Haití en ese momento de dolor.
EI gobierno dominicano ha sido el líder en ese clamor de ayuda para Haití. Todos los eventos internacionales que participa nuestro presidente están las peticiones y explicaciones para ayudar a los haitianos en su tarea de renacer de los escombros. Ojalá que ahora se inicie el tan dilatado proceso de reconstrucción.
http://67.199.16.148/opiniones/2010/6/2/328250/Escollos-invisibles-impiden-el-rescate-de-Haiti
Todos han prometido de todo, y los billones de dólares prometidos alcanzarían para reinventar a un pueblo que ha tenido la desgracia de ser desgobernado por una serie de individuos preocupados cómo obtener pingües beneficios de su paso por el poder. El encuentro de Punta Cana estuvo precedido del anuncio del Banco Mundial de condonar la deuda haitiana y la del Gobierno norteamericano, asignando $2,800 millones de dólares para el rescate de Haití.
Este encuentro internacional fue un ejercicio muy saludable y admirable; todos expresaron su buena voluntad y su disposición de acudir de inmediato a las labores de reconstrucción con sus millones de dólares en las manos. Pero hay el temor difuso de que a cinco meses, los damnificados haitianos no vislumbran el momento para salir de sus padecimientos.
La barrera, que impide el vuelco generoso de los fondos para la reconstrucción haitiana, parece ser impenetrable. Está creada por la experiencia del pasado cuando tanta ayuda se esfumó cuando llegaba a las manos de las autoridades haitianas. Era el caso tradicional cuando en el pasado, el gobierno dominicano contrataba a braceros para la zafra azucarera, el pago se recibía en el aeropuerto de Puerto Príncipe por funcionarios haitianos y nunca llegaba a las arcas oficiales.
Hay muchos proyectos de buena fe e intenciones para acudir en rescate de Haití. Tanto los norteamericanos como los dominicanos tienen sus ojos puestos en esa labor de reconstrucción, ya que beneficiarían sus empresas constructoras e industriales.
Lo que figura en papeles de donaciones y de créditos en condiciones blandas no se materializa con rapidez por ese temor difuso de no tener la certeza del destino final de los recursos.
De la reunión de ayer están saliendo nuevas líneas de acción y de propósitos de enmienda, pero solo cuando existan funcionarios y técnicos haitianos que realmente les duela el país, apartando sus aspiraciones para decidirse colocar sus hombros junto a tantos países extranjeros, que han abierto sus áreas para socorrer al pueblo haitiano. Se podría decir que se está en los umbrales de la acción de rescate bien organizada, con una armonía de esfuerzos que permita superar recelos y llevar a cabo lo que demanda el pueblo haitiano para su redención.
Ya el pueblo y el gobierno dominicano del presidente Fernández ha hecho su parte desde el mismo 12 de enero. Esa vez se volcó admirablemente para socorrer a los miles de damnificados, que en sus angustias, se vieron abandonados por todos. Solo la mano amiga de los socorristas criollos acudió masivamente y con amor para darle el apoyo que requería Haití en ese momento de dolor.
EI gobierno dominicano ha sido el líder en ese clamor de ayuda para Haití. Todos los eventos internacionales que participa nuestro presidente están las peticiones y explicaciones para ayudar a los haitianos en su tarea de renacer de los escombros. Ojalá que ahora se inicie el tan dilatado proceso de reconstrucción.
http://67.199.16.148/opiniones/2010/6/2/328250/Escollos-invisibles-impiden-el-rescate-de-Haiti
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