Retos estratégicos del PLD

Vinicio A. Castillo Semán

Apenas unos días de haber transcurrido las elecciones congresionales y municipales del pasado 16 de mayo, el país político ha entrado de lleno en el capítulo correspondiente a las elecciones presidenciales del 2012. En ese contexto, la oposición representada por el PRD ha anunciado la creación de por lo menos cinco proyectos presidenciales que disputarán la candidatura del partido blanco al Ing. Miguel Vargas Maldonado.

Por su parte, el Partido Reformista Social Cristiano, el aliado más importante del PLD en las pasadas elecciones, ha anunciado su decisión de trillar un camino propio, que perfila que estará representado en la candidatura presidencial del Ing. Carlos Morales Troncoso. La Fuerza Nacional Progresista, igualmente aliada histórica del partido de Juan Bosch, evalúa la posibilidad de lanzar un proyecto presidencial propio en la persona de nuestro hermano el Diputado Pelegrín Castillo.

En estas circunstancias, al Partido de la Liberación Dominicana, que obtuviera el 41.64% de los votos congresionales y municipales el pasado 16 de mayo, se le presenta en los próximos meses el gran dilema de definir tres aspectos estratégicos fundamentales de cara a las elecciones presidenciales del 2012. El primero, la posibilidad o no de una nueva reforma constitucional que le permita al Presidente Fernández buscar un tercer mandato consecutivo; el segundo, en caso de que el Presidente no busque una reelección, organizar con tiempo un torneo electoral interno que permita proyectar en el año 2011 a los potenciales candidatos presidenciales peledeístas; y tercero, asegurar una estrategia de alianza con el Partido Reformista, la FNP y el Bloque Progresista, que permita una unidad de propósitos y de alianzas de cara al ’12.

En cuanto al primero de estos escenarios, el tema de la reelección, sólo puede abrirse paso desde el punto de vista legal, si el PLD lograra las dos terceras partes de la matrícula congresional, para lo cual tendría que contar con el apoyo de quien ha sido un opositor a la reelección del presidente, el Lic. Danilo Medina, y conquistar alrededor de diez votos del Partido Revolucionario Dominicano. Fuera de esa posibilidad, que es imprescindible (con o sin la figura del referéndum), creo que el Presidente jamás intentaría una nueva repostulación tipo la prórroga de Horacio Vásquez, basada en una interpretación judicial del texto de una nueva Constitución sobre la cual tiene la paternidad legítima y al través de un tribunal constitucional en cuya conformación va a tener una gran incidencia. El análisis constitucional de que no le es aplicable al Presidente la nueva Constitución, sino la anterior, a nuestro juicio y con el respeto a los colegas que sostienen lo contrario, carece de fundamento jurídico, ya que si se le aplicara la derogada, que establecía dos períodos y nunca más, tampoco le permitiría intentar una nueva repostulación.

En cuanto al segundo escenario, creo que el PLD está a partir del 2011 obligado, si el Presidente descarta el primer escenario, a organizar con tiempo sus potenciales opciones presidenciales. Danilo Medina, que sería uno de los factores decisivos para que Leonel Fernández legalmente no pueda intentar una repostulación, resultará gravemente afectado en sus posibilidades electorales, ya que es imposible armar un proyecto de poder viable en el PLD con la percepción pública (que a veces es más fuerte que la realidad) de que no contaría con el apoyo ni el entusiasmo del Presidente, en caso de representar la boleta morada del 2012.

Sin quitarle méritos a ninguno de los otros aspirantes presidenciales, entiendo que serán José Tomás Pérez y Francisco Javier García los que, unidos o separados, concentrarán la competencia con el Lic. Danilo Medina por la candidatura del PLD, en la que no solo este partido tendrá que evaluar la potencialidad de cada uno de ellos en el electorado, sino y muy especialmente la empatía y afinidad de éstos con las que han sido fuerzas aliadas, PRSC, FNP y Bloque Progresista.

El tercer objetivo estratégico es el diseño de cómo se va a mantener de forma exitosa e ingeniosa la alianza vencedora en los últimos procesos electorales, en ausencia de quien ha sido su comandante electoral Leonel Fernández Reyna. El PLD no puede perder de vista el hecho de que si no reedita la política de alianza amplia, que le dio un 14% en las pasadas elecciones, se le podría dificultar conservar el poder en el año 2012.

La llamada fórmula chilena, que le permitiría a los partidos de la coalición proyectos propios, con el compromiso previo y escrito de concurrir juntos a las elecciones del ’12 apoyando al candidato presidencial que más simpatía tenga, bajo lineamientos programáticos, parece ser la solución más apropiada para repetir las hazañas electorales consecutivas de los últimos tiempos y retener el poder en el año 2012.

Todos estos son retos estratégicos del PLD.

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