Como todo ciudadano que sufre en carne propia las debilidades de las autoridades de nuestro país ante la creciente ola de delincuencia que nos afecta, me pregunto públicamente ¿Qué son y para qué sirven los recintos carcelarios?
Aunque no todos hemos tenido la oportunidad de visitar una cárcel, conocemos los privilegios con que cuentan muchos presidiarios en el país, que son mantenidos y acomodados sin ningún control.
En ese sentido, quiero recordar lo que hace un año propuso el legislador Pelegrín Castillo, sobre el bloqueo de los celulares en las cárceles, una excelente iniciativa que de seguro erradicaría el ¿negocio? de quienes comandan y ejecutan sus operaciones criminales desde la ¿comodidad? de su celda.
Un ejemplo es el de los agentes inmobiliarios que reciben llamadas de personas que se identifican como el pelotero Alfonso Soriano o como un familiar suyo, para preguntar por la venta de alguna propiedad que vieron publicada y luego buscar la forma de pedir una tarjeta de llamadas para que el ¿interesado? pueda llamar al vendedor; o como le pasó a una señora, que llamaron a su casa para decirle que su hermano estaba preso por haber chocado una persona y que la forma de liberarlo era dándole un código de recarga para llamar a quien podía dar autorización; así como otros cuentos que muchos ya conocen.
Se supone que el que está preso deber ser privado de la libertad de portar un celular para realizar llamadas y navegar en internet como todo un empresario. Debe ser privado de leer el periódico, usar la guía telefónica, ver televisión, escuchar la radio, en fin, todo lo que pueda ponerlo en contacto con lo externo.
La cárcel no puede seguir siendo un ¿centro de recreación?, para que los delincuentes continúen operando, sino un centro de corrección que garantice la integración de los esos individuos a una vida normal y permita la tranquilidad ciudadana.
¿Qué esperan las autoridades carcelarias? Hagan algo ya! Empiecen a quitar los celulares (muchos son Black Berry), instalen filtros para bloquear las llamadas y coloquen un sistema telefónico fijo que grabe todas las conversaciones y les aseguro que pocos se atreverán hacer una llamada.
Aunque no todos hemos tenido la oportunidad de visitar una cárcel, conocemos los privilegios con que cuentan muchos presidiarios en el país, que son mantenidos y acomodados sin ningún control.
En ese sentido, quiero recordar lo que hace un año propuso el legislador Pelegrín Castillo, sobre el bloqueo de los celulares en las cárceles, una excelente iniciativa que de seguro erradicaría el ¿negocio? de quienes comandan y ejecutan sus operaciones criminales desde la ¿comodidad? de su celda.
Un ejemplo es el de los agentes inmobiliarios que reciben llamadas de personas que se identifican como el pelotero Alfonso Soriano o como un familiar suyo, para preguntar por la venta de alguna propiedad que vieron publicada y luego buscar la forma de pedir una tarjeta de llamadas para que el ¿interesado? pueda llamar al vendedor; o como le pasó a una señora, que llamaron a su casa para decirle que su hermano estaba preso por haber chocado una persona y que la forma de liberarlo era dándole un código de recarga para llamar a quien podía dar autorización; así como otros cuentos que muchos ya conocen.
Se supone que el que está preso deber ser privado de la libertad de portar un celular para realizar llamadas y navegar en internet como todo un empresario. Debe ser privado de leer el periódico, usar la guía telefónica, ver televisión, escuchar la radio, en fin, todo lo que pueda ponerlo en contacto con lo externo.
La cárcel no puede seguir siendo un ¿centro de recreación?, para que los delincuentes continúen operando, sino un centro de corrección que garantice la integración de los esos individuos a una vida normal y permita la tranquilidad ciudadana.
¿Qué esperan las autoridades carcelarias? Hagan algo ya! Empiecen a quitar los celulares (muchos son Black Berry), instalen filtros para bloquear las llamadas y coloquen un sistema telefónico fijo que grabe todas las conversaciones y les aseguro que pocos se atreverán hacer una llamada.
De Juan Catalino Ramirez B
http://diariolibre.com.do/noticias_det.php?id=283130
No hay comentarios:
Publicar un comentario