lunes, 4 de abril de 2011

Entrevista a Pelegrín Castillo

Por Petra Saviñón.

El dirigente de la Fuerza Nacional Progresista critica el clientelismo y descarta que Leonel Fernández “se arriesgue” a reelegirse. Alerta que mientras exista la migración desde Haití no es válida la lucha contra la pobreza. Habla de la forma en que cree que el problema haitiano podría perjudicar al país.

No le gusta que lo etiqueten, que lo tilden de conservador o de extremista en sus posturas. Defiende con firmeza sus planteamientos sobre temas como los aprestos reeleccionistas y los puntos en los que ha fallado esta gestión presidencial, de la que es aliado.

¿Qué proyectos tiene en agenda para someter a la Cámara de Diputados?

La agenda de nosotros en amplia. Yo me propongo seguir impulsando los proyectos que desde hace ya un tiempo sometí y no han sido aprobados y dentro de esos quiero destacar el proyecto de ley de exploración de hidrocarburos, el proyecto de eficiencia energética, el proyecto de tasa cero para internet, proyecto de ley contra riesgo sísmico, el proyecto de biodiversidad y otros que voy a someter como el proyecto de ley general de agua.

Asimismo hay una serie de resoluciones que estamos promoviendo como la que pide el estudio de la ejecución del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica a los fines de revisar algunos aspectos, especialmente los que tienen que ver con el sector agropecuario.

¿La Fuerza Nacional Progresista como aliada del partido oficial apoyará todas sus iniciativas en el hemiciclo?

La posición de nosotros es apoyar los proyectos en función de sus meritos. Si nosotros estamos de acuerdo con un proyecto lo vamos a respaldar aunque lo presente el partido de oposición. Si no estamos de acuerdo con un proyecto, o con aspectos de un proyecto, lo vamos a cuestionar aunque lo presente el partido de gobierno.

Nosotros tenemos un marco de referencia que es un programa de gobierno que está en la base de la alianza que se firmó en el 2008. Hay muchos aspectos que son compromisos bilaterales que no se han cumplido.

¿Cómo define los aprestos reeleccionistas alrededor de Leonel Fernández?

Yo pienso que el doctor Fernández está permitiendo que las fuerzas que lo respaldan se expresen porque él quiere unificar esas fuerzas para evitar que se dispersen y tener una capacidad de decisión en lo que va a ser la política de su partido y en lo que va a ser la política del bloque progresista y definitivamente el factor que unifica a la gente que le sigue es el tema de la reelección.

Personalmente creo que el presidente es un actor que por su estilo, por su forma de ser, no se va a arriesgar a un proyecto de reelección que implica modificar la Constitución. Yo creo que él considera que su Constitución es su gran obra histórica y no la debe arriesgar en un proyecto de esa naturaleza.

¿No cree que las críticas de su partido al Gobierno puedan afectar la alianza?

Las posiciones críticas de la Fuerza al gobierno son posiciones que se basan en cuestiones de principios. Nosotros firmamos un acuerdo programático. Hay unos lineamientos muy claros. En la medida en que la política del gobierno se enmarque dentro de ese acuerdo programático, nosotros vamos a coincidir, en la medida en que se aleje nosotros vamos a tener posiciones críticas.

Yo pienso que hay gente que no entiende eso, que quiere sencillamente una actitud sumisa, servil de los aliados y nosotros no tenemos ese enfoque, por suerte en el PLD hay gente que aprecia las posiciones críticas. Si yo entiendo que una decisión se está alejando de la institucionalidad, de los compromisos esenciales, el deber mío es fijar una posición responsable.

¿Cuáles son los puntos en los que considera más ha flaqueado esta gestión?

Yo pienso que esta gestión tiene una serie de puntos vulnerables, yo pienso que no se ha hecho un esfuerzo sostenido, para sostener la política tradicional del clientelismo y el populismo que reparte como favores lo que se debe garantizar como derechos. Creo que es un problema de la cultura política y si algo uno critica es que un partido y un gobierno de ese partido, que se inspiro en otra visión se haya dejado atrapar por esas políticas.

Se le tilda de conservador y muchos creen que sus posiciones son extremas…

Mis posiciones son muy claras y muy definidas. Todo el mundo las puede conocer sino las conoce. Nosotros en el Congreso hemos sido una fuerza de cambios, de transformaciones, empezando el estilo de hacer política. Hemos hecho política con propósito nacional.

Desde luego que somos conservadores si ser conservador significa tener todas las cosas buenas que nosotros tenemos como nación. Si luchar por conservar nuestras fronteras, conservar nuestros mares, conservar nuestros recursos naturales, conservar las tradiciones y la identidad nacional, conservar los valores familiares, conservar que tiene la significación para la mayoría de los dominicanos la vida, si eso es ser conservador, pues lo soy con mucho gusto.

La verdad que nosotros como sociedad tenemos muchas cosas que conservar, pero también nosotros somos una fuerza consciente de que para conservar muchas cosas buenas que tenemos, tenemos que estar dispuestos a hacer cambios. Hacer transformaciones profundas. Hay una tendencia a despacharse fácilmente con las etiquetas. Yo quiero que me evalúen por lo que he hecho, por lo que he luchado.

En la Constitución de la Republica y las leyes, que son los ámbitos donde he tenido la oportunidad de expresar compromiso, voluntad, visión, está la marca nuestra. Nosotros si queremos potenciar todas las capacidades de la nación en todos los terrenos. Si queremos cambiar la política porque entendemos que la política que tenemos es sumamente deficiente. Ha repartido muy mal los frutos del crecimiento. Reparte como favores lo que debe garantizar como derecho y está cargando a las fuerzas productivas del país.

Nosotros rechazamos la idea de que tenemos posiciones extremas. Al revés, hemos probado en nuestra experiencia congresional que aun teniendo posiciones firmes y definidas sobre cada uno de los grandes temas nacionales, cuando no podemos hacer que nuestra visión se implante estamos dispuesto al diálogo, a los acuerdos, para hacer que nuestras posiciones avancen.

Nunca hemos tenidos posiciones extremas por temperamento, ahora, sí tenemos posiciones definidas. Sí la expresamos con claridad y con responsabilidad. Nosotros no encajamos en el perfil del político convencional que entiende que ser político es no tener posiciones, o tener posiciones tan vagas, tan generales que son difíciles de saber cuáles son. Nuestro esfuerzo es convencer a la gente de que esa visión que tenemos es correcta, y buscar el apoyo para nuestras posiciones. No vamos a estar haciendo encuestas para decirle a la gente lo que quiere escuchar, porque esa es la vía más fácil, pero es la más irresponsable.

¿Considera que el Gobierno se ha excedido en la ayuda a Haití?

Lo que entiendo es que el gobierno del presidente Fernández tiene que saber fijar los límites de la cooperación porque la historia nos demuestra que la comunidad internacional quiere buscar una vía fácil, un atajo, para manejar la crisis haitiana. Y mientras República Dominicana sea un estado pivote, en la práctica una especie de válvula de escape a los problemas haitianos, la comunidad internacional nunca va a asumir un compromiso serio con Haití.

Esas posiciones yo vengo hace muchos años denunciándolas y me decían que yo era extremista. Los hechos, lamentablemente, nos están dando la razón. Ahora mucha gente ve que nuestros planteamientos son inspirados en prevenir situaciones lamentables. Yo particularmente creo que la mejor manera de nosotros ayudar a Haití es logrando que la comunidad internacional se involucre en grande, en forma sostenida y consecuente.

Tenemos 20 años de experiencia. La comunidad internacional interviene a Haití y luego que evita que el problema se desborde del marco de la isla, se retiran, y nos presionan para que nos involucremos, y no se resuelve nada. Al presidente Fernández yo personalmente le he dicho que tendrá el apoyo del pueblo dominicano si está dispuesto a fijarle limites a esas cooperaciones, porque sino afuera entienden que nos vamos a hacer cargo y esa no es la idea.

El pueblo dominicano quiere lo mejor para Haití y entiende que el pueblo haitiano se merece un mejor destino, pero yo creo que no podemos, ni debemos hacernos cargo del problema haitiano. Podemos cooperar, pero en un esfuerzo de todos. Pero es injusto, insensato y contraproducente pretender resolver el problema haitiano aquí.

¿Hasta qué punto el país podría ser afectado por la crisis haitiana?

Mucho. Es que Haití plantea un problema muy serio. La crisis haitiana no es cualquier crisis, es la crisis de un Estado fallido. De un Estado colapsado que es zona de desastre ecológico, zona de desastre sanitario y está capturada por las mafias internacionales.

Entonces nosotros no podemos seguir manejando la relación con Haití desconociendo esa realidad y actuando como si esa realidad no existiera sencillamente porque tenemos que complacer a Estados Unidos o a la Unión Europea. Si aquí hubiera posiciones nacionales firmes, probablemente las grandes potencias tendrían otro enfoque con respecto a Haití. Nuestras debilidades son las que nos están arrastrando al conflicto.

Ahora es el cólera, pero hace años era la malaria y se han incrementado todos los indicadores de enfermedades en el país que estaban controladas, pero mañana será cualquier otro cosa.

Algunos dicen que la mano de obra haitiana soluciona un problema a los constructores dominicanos, por la escasez de obreros locales…

Todos los estudios indican que la mano de obra haitiana favorece a los sectores de más altos ingresos y perjudica a los de más bajos ingresos. Hay grupos que ganan con eso, pero ganan relativamente, porque ganan a corto plazo.

A la larga nadie gana porque ese tipo de trato termina afectando los intereses del país y por economizarse unos cuartos y no pagarse la mano de obra como hay que pagarla o usar las tecnologías de la modernización entonces nos vemos arrastrados hacia situaciones de riesgo como las que estamos viviendo en el presente.

Yo creo que es una lección muy clara para todos los sectores. Evidentemente los dominicanos no quieren trabajar en las condiciones que trabajan los haitianos. Y si hay escasez, los que vengan a trabar aquí tienen que hacerlo legalmente.

¿Eso en cierta medida pone a esta nación en deuda con Haití?

Creo que ese enfoque de que estamos en deuda con Haití es errado. Yo al haitiano que viene a trabajar aquí lo respeto, porque merece como ser humano un trato digno y un trato justo. Pero cuando miramos los agregados, las políticas, las tendencias.

Todos los especialistas en la materia están contestes, no hay lucha contra la pobreza sino se controla la migración que viene del país más pobre del continente. El país no puede sentirse en deuda, al revés, cuando metemos todas las variables en el análisis nos damos cuenta de que estamos saliendo perdiendo.

Ya por ejemplo ahora con el tema del cólera estamos viendo como la industria del sector turístico está en riesgo. Como ese fenómeno del cólera puede provocar situaciones sumamente difíciles en la isla.

http://www.mipais.com.do/index.php?option=com_k2&view=item&id=2813:entrevista-al-diputado-pelegr%C3%ADn-castillo&Itemid=63

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