Por PEDRO MANUEL CASALS HIJO*
700 mil es la cifra de jóvenes dominicanos que actualmente se encuentran sin estudiar ni trabajar. Imagínese usted que beneficios pueden rendir esos jóvenes cultivando “ignorancia” cada día sin hacer nada productivo. Decía Thomas Carlyle, que “Un monstruo hay en el mundo, el hombre ocioso.” Son las condiciones perfectas para continuar alimentando la tormenta delincuencial que nos azota.
Terapia ocupacional es un tratamiento psicosocial que permite adiestrar a los jóvenes para desarrollar diferentes actividades que se encargan de mantener la concentración de atención del individuo, permitiendo un agotamiento físico e intelectual que le resta energía y disposición para actividades no productivas o más bien “ociosas.”
Es necesario constatar que las actividades ociosas son aquellas que no rinden o producen un beneficio directo o progresivo sobre el individuo y más bien tienden a corromper la conducta funcional del hombre en la sociedad por lo que no debemos asociar los términos de diversión con ocio. El hombre necesita divertirse y jugar como un proceso social que le ayuda a formar su carácter y personalidad pero no debe llegar a la diversión a través del ocio porque afecta entonces su capacidad funcional. Confunde la diversión con la vagancia y aprecia más los beneficios obtenidos al menor esfuerzo en vez de esforzarse más por lograr mejores beneficios.
Pobre juventud dominicana que se encuentra atrapada entre el ocio, el dinero fácil y las drogas, una combinación fatal en un país pobre y mal educado. Debemos atender de inmediato a nuestros jóvenes, insertarlos en programas técnicos y deportivos, asignarles un rol en sus comunidades para instruirles responsabilidad y re-conectarlos con una sociedad que no le ha dado mas que indiferencia y mal ejemplo.
Pobre juventud dominicana que depende de políticos corruptos que prefieren comprarles ron y cigarrillos que invertir en educación. Crecen en la miseria, viendo como el diputado que golpea y embaraza a una menor, es premiado con la candidatura de su esposa. Observan desconcertados como el hijo del senador que trajo un cargamento millonario de armas se encuentra muy campante y despreocupado paseando en su automóvil deportivo en las calles de Santiago.
¿Como inculcar valores e ideales a esos jóvenes y pretender que los entiendan cuando la sociedad les muestra todo lo contrario? Hasta los jóvenes que hemos tenido la oportunidad de educarnos profesionalmente tenemos un futuro incierto en este país si las cosas siguen como van.
* Dirigente juventud FNP.
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