Vinicio A. Castillo Semán
La tarde del sábado 28 de agosto leí en el vespertino El Nacional una información, que he considerado de alto interés nacional reproducirla: “EU inicia el lunes envío soldados a frontera con Mexico. Iniciativa en contra inmigración. Amanda Lee Leyers en un cable de AP fechado de Phoenix. Los primeros 532 efectivos de la guarda nacional comenzarán su misión en el desierto del sur de Arizona el lunes, bajo los términos de un plan del presidente Barack Obama para reforzar la seguridad en la frontera con México. Unos 30 efectivos comenzarán el lunes su labor en la frontera y numerosos más serán emplazados cada lunes hasta llegar a la cifra de 532 para finales de septiembre. En mayo el Presidente estadounidense Barack Obama ordenó el despliegue de 1,200 elementos de la guardia nacional para fortalecer la seguridad a lo largo de la frontera. Los soldados serán ojos y oídos adicionales para los agentes de la oficina de aduanas y protección defensa y aunque estarán armados para su defensa, no tendrán autoridad de arrestar a nadie, indicó el vocero de la guardia nacional en Arizona, teniente Valentine Castillo.
El funcionario indicó que si los soldados avistan a inmigrantes indocumentados, deberán notificárselo a la patrulla fronteriza, cuyos agentes llevarán a cabo el arresto. Los soldados serán desplegados en el desierto en ubicaciones estratégicas a lo largo de la frontera, agregó Castillo, pero no dio detalles. Mario Escalante, un vocero de la patrulla fronteriza en el sector de Tucson, dijo que los soldados emplearán binoculares y equipos de visión nocturna.” Leido este cable de prensa, cabe preguntar: ¿Puede alguien acusar al presidente Barack Obama y a su gobierno de racista, xenófobo, retardatario, cavernario, derechista, por disponer medidas de protección a la frontera de los Estados Unidos con México? ¿Puede alguien en su sano juicio regatearle el derecho soberano y legítimo de los Estados Unidos, de controlar e impedir la inmigración ilegal a su territorio, como lo hace toda nación civilizada del mundo? Estas preguntas son pertinentes para que se entienda mejor el drama de la República Dominicana con el tema de la inmigración y su borrada frontera con Haití. ¿Qué pasaría si Leonel Fernández y nuestro gobierno imitaran a Barack Obama y su administración, en materia de política de frontera contra la inmigración ilegal? ¿Cuál sería la reacción de ese mismo gobierno demócrata y de la Comunidad Internacional, si adoptáramos exactamente, ni más ni menos, la política de control de frontera del Presidente Obama? Nosotros pudiéramos hacerlo igual que ellos, si como país estuviéramos unificados en este crucial tema atinente a la existencia misma de la República Dominicana. Si nos diéramos a respetar como nación, pudiéramos ir con la frente bien en alto a defender nuestro derecho soberano de repatriación de inmigrantes ilegales, como lo tiene Estados Unidos y nadie nos podría ni reprochar ni mucho menos condenar por eso.
Pero como no tenemos una visión de país clara sobre lo que es, además, un problema vital en el desarrollo económico y social de esta nación, y cada quien anda con su agenda propia, procurando ventajas personales, políticas o sectoriales, hemos ido paulatinamente perdiendo toda fuerza moral y política para reivindicar lo que es un sagrado derecho reconocido en todos los tratados internacionales, como lo es el de atribuir soberanamente quién puede y quién no, estar legalmente en nuestro territorio.
Por eso y no por otra cosa se alienta, hoy más que nunca, en los foros internacionales la idea de la fusión en los hechos de la República Dominicana con Haití, tal y como lo planteara hace 16 años el entonces Presidente Dr. Joaquín Balaguer. Lamentablemente hemos fomentado una frágil luna de miel en las relaciones con Haití, basada en aniquilar nuestra frontera, no tener ley ni política definida sobre Migración y permitirle a todo ciudadano haitiano que quiera entrar a nuestro territorio de forma ilegal hacerlo, renunciando al derecho de repatriación de ilegales, lo que está teniendo y tendrá efectos demoledores en todos los campos vitales de este país, que servirán para sujetar y anclar progresivamente a la República Dominicana en su pobreza y subdesarrollo.
Tengo fe, como entiendo la debe tener la mayoría del pueblo dominicano que todavía quiere conservar su identidad nacional, que algún día, que espero no sea muy lejano, podamos unirnos sin mayores diferencias partidarias sobre este crucial tema y podamos emular el plan del Presidente Obama sobre el control de nuestra frontera y el espinoso tema de la inmigración ilegal de millones de ciudadanos haitianos, haciéndole entender a la Comunidad Internacional que es su responsabilidad ayudar a esa desdichada nación en su territorio, creando bases propias para su desarrollo.
http://www2.listindiario.com/puntos-de-vista/2010/9/13/158688/Por-que-nosotros-no-podemos
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