En el trigésimo primer aniversario de la fundación de la Fuerza Nacional Progresista, en este recinto sagrado de la Patria al cual venimos todos los años a rendir tributo y honor a los padres de la República, Duarte, Sánchez y Mella, es preciso que los nacional progresistas reflexionemos sobre nuestra misión histórica, sobre lo que hemos sido y sobre lo que pretendemos ser.
Hemos sido a lo largo de nuestra historia y por la inspiración de nuestro líder y presidente el Dr. Vincho Castillo una fuerza de vanguardia, que no ha temido quedarse sola cuando defiende lo que cree la verdad y la justicia.
Podemos reivindicar con orgullo que hemos asumido, defendido y promovido una agenda grande de Nación, sin olvidarnos de la pequeña gran agenda que interesa al ciudadano común.
Asuntos tan importantes como la lucha anticrimen, la defensa de los espacios marítimos, aéreos y terrestre, la preservación y mejor gestión de los recursos naturales renovables y no renovables, la independencia y la seguridad energética, la nacionalidad y los controles migratorios, la protección de la vida y la familia, han contado siempre con el respaldo activo y principal de esta pequeña pero aguerrida Fuerza Nacional Progresista.
Qué organización política se ha propuesto defender en forma militante la causa de los hombres y mujeres del campo y de la producción nacional?.
Cuál ha promovido más el derecho de los dominicanos a trabajar en nuestra tierra levantando la bandera de la nacionalización del trabajo?
Quienes desde la política pueden superar nuestras acciones y propuestas para contener y reducir la corrupción pública y privada, o para regular y racionalizar el endeudamiento público?
Hemos sido, también, una organización que ha tenido dentro de sus mayores prioridades una mayor inversión en nuestro recurso humano a través de la educación y las tecnologías de la información y el conocimiento, así como un fuerte compromiso con la reforma de los mercados a favor de la competencia leal y la defensa de los consumidores; y nunca hemos cedido en nuestro reclamo reiterado de mayor equidad y racionalidad en materia de impuestos, mejor gasto público y auténtica austeridad.
Todas esas posiciones y muchas otras más, se hanplanteado en forma coherente, a través de leyes yresoluciones, así como también en programas y acciones, desde aquellas instituciones en el gobierno central y en las municipalidades donde hemos tenido incidencia. Se ha mantenido cuando hemos sido oposición y cuando nuestros aliados han estado en el gobierno, aun a riesgo de desagradar, porque sabemos que la condición de aliados reales no implica la renuncia a las posiciones propias, ni al derecho a la crítica responsable.
Los nacionales progresistas tenemos un gran reto en el presente y de cara al porvenir: A partir de esta gran agenda de Nación que hemos desplegado, con el record de servicio público que hemos podido acreditar, debemos contribuir a superar un serio déficit de representación político partidaria, que limita el desarrollo democrático de la República.
Una parte importante de la Nación –quizás la más consciente, inquieta y dinámica- no se siente representada por las posiciones y conductas de los partidos dominantes y desea vivamente que nuevas opciones expresen mejor sus principios y valores, sus intereses y aspiraciones.
Ese reto de renovar y enriquecer las opciones políticas de los ciudadanos guarda estrecha relación con un reto aun mayor: Fortalecer el proyecto nacional dominicano, a través de un gran esfuerzo de unidad nacional, que trascienda la lucha convencional de los partidos –fuente histórica de tantas debilidades y caídas institucionales-; y que al mismo tiempo, renueve la vida de la República empezando por superar un esquema político atrasado e impagable que reparte a los ciudadanos como favores lo que debe garantizarle como derecho.
Un esquema tan retrógrado que pretende mantener a los dominicanos en una situación de subordinación y que llega al extremo aberrante de infantilizarlos, proponiéndole que escojan otro “Papá”, cuando lo que necesitan es un Presidente que sea guardián de sus derechos.
Los nacional progresistas -en estos momentos cruciales que vive la Democracia y la Nación- debemos apoyarnos en nuestras fortalezas para superar nuestras debilidades, y confiar en las enormes potencialidades de nuestra visión de Nación.
Pero sobre todo, debemos confiar en el pueblo dominicano que tiene grandes reservas humanas y morales para renovar desde el País Nacional al País Político, como lo ha probado a lo largo de su historia, de la mano del Dios providente que lo ha sabido levantar de sus caídas e impulsar a estadios superiores de libertad y progreso, de seguridad y dignidad.
¡Viva la Fuerza Nacional Progresista-el Partido Azul!.
¡Viva su líder y Presidente!
¡Viva la República Dominica!
¡Viva Duarte, Sánchez y Mella!
6 DE JULIO DEL 2011
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