Explicó que se ha pretendido satanizar el viejo Código Criminal bajo el argumento que éste era el culpable de la cultura de arbitrariedad que afectó la sociedad dominicana, la cual entiende se debía, no a la ley que exigía una orden de un funcionario judicial competente para privar un ciudadano de su libertad, sino a las distorsiones del mando político y militar, situación en vías de superación gracias a un nuevo estilo de voluntad política.Taveras Blanco, expresó que la implantación del Código de Procedimiento Penal ha sido impertinente para la sociedad dominicana, toda vez que "lo vincula a la impunidad y por ende como un estímulo al proceso de violencia que vive el país", generando un sentimiento de impotencia que ha permitido la aparición de brotes de justicia privada.
Se consideró que el nuevo nos ha llevado "del derecho de la libertad al de la esclavitud del formulismo procesal. En el antiguo sistema bastaba que el usuario hiciere una declaración por secretaría para que se le garantizara el ejercicio de uno cualquiera de los recursos, especialmente el de apelación que garantiza el doble grado de jurisdicción, el cual ha resultado, dicho sea de paso, definitivamente castrado con el concepto de mini casación que inspira el nuevo modelo."
Afirmó además que "el rigor y las limitaciones a que está sometido el nuevo sistema de la prueba, que castra la concepción anterior de la libertad de prueba y la obligación del juez que debía desplegar todos sus esfuerzos para alcanzar la verdad y el fin último de todo sistema, que es procurar un ideal de justicia." Dijo que el recurso de apelación y el de casación han sido castrados por el nuevo procedimiento por la torpe concepción de mini-casación que se le ha dado al primero.
"Nos llevan a toda carrera de París a Cochabamba, sin que todo ello sea fruto de un dilatado proceso de evaluación y ponderación adecuadas. Quieren que renunciemos a más de dos mil años de evolución jurídica, a fuentes definidas de legislación doctrina y jurisprudencia, para conducirnos a un derecho sin fuentes, donde la discusión teórica es la mejor semejanza posible al episodio bíblico de la torre de babel", sentenció.
El diputado José Ricardo Taveras externo estas consideraciones al dirigirse al público asistente al acto de instalación y juramentación de las autoridades de la Academia Dominicana del Derecho, de la cual es vicepresidente del Consejo de Directores y miembro de su comisión consultiva. La Academia esta presidida por el vicepresidente Rafael Alburquerque en su comisión consultiva y por el doctor Víctor Joaquín Castellanos en su Consejo de Directores.
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