Narcos y militares.

Cuando en el 2000 fue puesta en pantalla la película Traffic, con los estelares Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones....

Por Ruddy L. González miércoles 22 de octubre de 2008, 05:26:34 PM (AST)

Rudy Gonzalez ( )

Cuando en el 2000 fue puesta en pantalla la película Traffic, con los estelares Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, las fuerzas armadas, gran parte de la prensa, la clase política y no pocos sectores de la sociedad mexicana protestaron duramente por el involucramiento directo que establecía el film de sectores militares ña nivel de un general y su grupo de acción- con el narcotráfico.

La película, cuya proyección trató hasta de prohibirse en las salas de cine de México, fue todo un éxito, allí y en otras naciones, toda vez que abrió las compuertas de la discusión de la realidad: los carteles de la droga ñespecíficamente de cómo los carteles de Sinaloa y Tijuana habían penetrado los estamentos militares involucrando diferentes niveles de las fuerzas armadas mexicanas en el negocio del tráfico y distribución de cocaína así como en el millonario ‘lavado de dinero’.

Los dominicanos, que hoy vemos el involucramiento de algunos oficiales y miembros de los estamentos militares y policiales con narcotraficantes, en vez de espantarnos debemos estar satisfechos ñaunque no menos abochornados- de que se esté poniendo en manos del público esta realidad, que ‘hizo agua’ desde el descaro del ascenso y protección de Quirino Ernesto Paulino Castillo, al inicio de la década, cuando el máximo poder político de la nación le dio ‘luz verde’ a sus andanzas tras la denuncia del alto mando militar sobre el peligro que representaba las operaciones de este hombre, que manejaba aquí con impunidad descarada los cargamentos de cocaína de los carteles de la droga colombiana.

Debemos, entonces, sentirnos satisfechos hoy de que los mandos militares y policiales actuales desenmascaren, sin tapujos ni temor a consecuencias, los uniformados que operan con el narco y sus bandas.

Ojalá otros sectores de la sociedad, de los que no escapan periodistas, abogados, jueces, empresarios, políticos, etc. sigan el ejemplo de que dan nuestros jefes militares contra los que deshonoran el uniforme haciendo causa con los narcotraficantes.

De ahí que, concluyo, es valerosa y debemos aplaudir la acción de los altos mandos militares de llevar ante la justicia, desenmascarando ante la sociedad a esos malos dominicanos que prevaleciéndose de los privilegios de vestir la ropa militar, han subordinado el poder ganado a favor de materializar el sucio negocio del crimen organizado, que constituye el mundo del narcotráfico.

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