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Contrario a Hipólito Mejia y el PRD en el 2002, que sometieron una supuesta reforma Constitucional con el manifiesto interés político-coyuntural (tenían mayoría parlamentaria) de reintroducir la figura de la reelección presidencial por encima de todos los sectores sensatos del país, de la oposición y de la propia tradición doctrinaria del PRD. Es decir que, en aquel momento, contra viento y marea, el Presidente Hipólito y su PPH impusieron su proyecto de reforma. Y la pura verdad es que casi todos en el PRD, con muy contadas excepciones, se creyeron las posibilidades de triunfo del guapo de Guarabo. A eso apostaron; aunque ahora lo nieguen y salgan como Quijotes a satanizarlo y ha endilgarle todo el costo político de esa aventura.
Estas han sido las dos caras de la moneda. Por un lado, un Presidente y un Partido (Leonel Fernández Reyna-PLD) que han sometido un proyecto de reforma Constitucional de cara al país en procura de modernizar y actualizar una Constitución que ya no responde a la nueva realidad nacional e internacional y, por el otro lado, un Presidente y un Partido (Hipólito Mejía-PRD) que impusieron un proyecto de reforma Constitucional exclusivamente para reintroducir la reelección presidencial que ahora reniegan y maldicen.
Y no importa que sometieran, en aquel momento (2002), como dicen algunos, dizque la mejor y más sustanciosa reforma Constitucional, si al final, el país fue testigo de cómo se la guardaron, de la ambición de un presidente, de la irresponsabilidad histórica-institucional de un partido y del derroche de recursos simple y llanamente para modificar un solo (¡Un solo!, Andrés L. Mateo) artículo de la actual obsoleta Constitución. Eso, en pocas palabras, fue una chicana jurídica-política.
A veces me pregunto, ¿Cómo el PRD con tres abogados especialistas de la talla, la experiencia y el conocimiento deH ugo Tolentino Dipp, Milton Ray Guevara y Eduardo Jorge Prats se atrevió a parir una estafa de reforma Constitucional como la de 2002?. Eso, sencillamente, no tiene madre ni padre.
Del Dr. Hugo Tolentino Dipp, vengo leyendo sus reflexiones en el “Listin Diario” y aunque no comparto la mayoría de sus apreciaciones y argumentaciones históricas-jurídicas-constitucionales sobre la reforma, entiendo que algunas por su racionalidad y pertinencia, deberían ser incorporadas, esto sin negar, que las mismas (sus argumentaciones histórica-jurídicas) están amparadas y sustentadas por su regía formación académica y por un espíritu irrefutable de bien patrio con sólida base de conocimiento sobre la materia.
Contrario, a sus consideraciones meramente políticas vertidas allí que solo responden al interés político-coyuntural de su partido. Ojalá el PRD en el Congreso asuma las propuestas y observaciones del Dr. Hugo Toelentino Dipp. O menos pretencioso aún, ¡Ojalá que, por lo menos, las hayan leído!
Igual puedo decir de Milton Ray Guevara y Eduardo Jorge Prats, experimentados abogados Constitucionalistas y miembros honorables de la Comisión Especial que el Presidente Leonel Fernández Reyna designó para que recogieran y compilaran el abanico de propuestas y sugerencias que surgió del proceso de consulta aupado y patrocinado también por el presidente en un gesto de pluralidad política-ideológica sin precedentes en el país.
Ojalá que también el PRD haga suya sus propuestas y atinadas observaciones en un ejercicio de coherencia y de deuda partidaria contraída. ¿Será mucho pedir a los diputados y senadores perredeístas?
Ahora toca al Congreso de la República, a los partidos políticos y a las fuerzas vivas de la nación elevar y hacer llegar sus propuestas y modificaciones al proyecto de reforma constitucional sometido por el Presidente Leonel Fernández Reyna. La suerte esta echada y el país necesita una nueva y moderna constitución sin demoras ni posposiciones. Que nadie alegue inocencia ni se quede en la sombra, porque la Historia solo conoce de hechos y no de lamentaciones.
Autor: Fco. S. Cruz
http://www2.elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=123656
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