sábado, 25 de octubre de 2008

Seguro agropecuario

Las pérdidas por desastres naturales, según la CEPAL y la Secretaría de Estado de Agricultura, superan los 40 mil millones de pesos. Los daños causados por estos fenómenos son financiados por el Estado
Por Félix Bautista / El Caribe
Sabado 25 de octubre del 2008 actualizado a las 12:36 AM


La República Dominicana es afectada cada año por tormentas tropicales y huracanes, por encontrarse en la ruta de estos fenómenos naturales del Atlántico Norte. Según Antonio Cocco Quezada, en los últimos 150 años, el país ha estado bajo la influencia de tormentas tropicales y huracanes en 76 oportunidades, de esa cantidad, 32 han sido tormentas tropicales y 44 huracanes (año 2000).

Las pérdidas económicas y en vidas humanas son incuantificables: la tormenta Noel, el huracán Jeanne y las inundaciones de los años 2003 y 2004, sumados a las pérdidas ocasionadas por el huracán Georges (1998), superan los 40 mil millones de pesos, según datos de la Cepal y la Secretaría de Agricultura.

Los daños causados por estos fenómenos naturales son financiados por el Estado.

La agricultura, por el hecho de operar a cielo abierto, es la que más sufre los embates de condiciones climatológicas adversas, originando pérdidas a pequeños y medianos productores.

Hay que crear las condiciones para mitigar y transferir el riesgo del sector agropecuario, y esto, sólo es posible con la aprobación del proyecto de ley que crea el Sistema Nacional de Seguro Agrario y Fondo de Garantía, propuesta por la FNP.

Esta normativa será un instrumento de gestión de riesgo, protector de la inversión, garante de la sostenibilidad del financiamiento, que estimula la modernización y la continuidad productiva, transfiere los riesgos a una entidad aseguradora y reaseguradora, ofrece garantía adaptable a las condiciones productivas de cada cultivo, ayudará a los productores y al Gobierno en el manejo de los desastres naturales, facilitará el uso de nueva tecnología de alta productividad, incrementará la competitividad del sector agropecuario, pondrá en manos de empresas de seguro privadas la solución financiera a los problemas de pérdidas de la producción ocasionadas por fenómenos, y lo más importante, generará confianza.

Según la Cepal, México ha tenido dificultades para la aplicación plena de un seguro agrícola y ganadero, y lo mismo ha ocurrido en otros países.

Mark Wenner, especialista financiero del BID, ha dicho que todavía no está claro cómo diseñar un programa de gestión de riesgo que sea eficiente y que ahorre recursos.

“Los países industrializados pueden asignar recursos sin mucho desgaste fiscal, pero en una economía en desarrollo, es el equivalente de robarle a San Pedro para pagarle a San Pablo”, señala Wenner.

Analicemos con cuidado esta normativa, porque ahí estará la clave del negocio agrícola.
Félix Bautista es Director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado

http://www.elcaribecdn.com/articulo_multimedios.aspx?id=189798&guid=592813EE52E84ACCB445AB6F09122E46&Seccion=134

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