Los altos precios del petróleo generaron un exceso de liquidez que fue invertido en el sector inmobiliario |
Por Celso Marranzini / El Caribe |
Lunes 20 de octubre del 2008 actualizado a las 1:53 AM |
Recordemos que el exceso de liquidez generado por los altos precios del petróleo se utilizó en los Estados Unidos para otorgar préstamos a individuos de alto riesgo, llamados Ninja, siglas éstas que en inglés significan individuos sin ingresos, sin trabajo y sin activos.
Los préstamos fueron facilitados para comprar viviendas o para hacer remodelaciones.
Los montos prestados eran superiores al valor de las viviendas, por lo que muchos aprovecharon para comprar carros nuevos o hasta para irse de vacaciones.
El sentir era que como la economía norteamericana iba tan bien, habría empleos para todos y los Ninja pronto tendrían ingresos para pagar sus hipotecas y que, además, el crecimiento de la demanda de viviendas estimularía un aumento de precio de las propiedades inmobiliarias, por lo que los préstamos en cuestión tendrían entonces garantías reales.
Ante el festival de préstamos, los bancos norteamericanos pronto necesitaron de más fondos, que obtuvieron del sistema bancario internacional que nadaba también en liquidez, gracias al petróleo.
De modo que, por ejemplo, un alemán podía depositar en la mañana sus ahorros sin saber que en la tarde iban a parar a un banco norteamericano para ser prestados a un Ninja.
El enorme riesgo que corría tanto el sistema bancario norteamericano como el mundial, no fue evidente porque, para dar apariencia de normalidad, los bancos norteamericanas crearon entidades paralelas, a las cuales vendían las hipotecas.
La crisis se empezó a desencadenar en el 2007, cuando el valor de las propiedades comenzó a bajar y los Ninja no pudieron pagar sus hipotecas.
La iliquidez llevó a algunos bancos a la quiebra y el problema alcanzó a Wall Street, debido a la crisis de confianza que se generó.
En EE.UU., la crisis ha empezado a afectar a la gente de la calle, ya que además de no poder pagar sus hipotecas, corren el riesgo de perder sus pensiones, cuyos fondos habían sido depositados en los mercados de valores.
En Europa, bancos bien regulados, que nunca supieron que sus recursos estaban manejados por corredores de bolsa o por ejecutivos bancarios inescrupulosos, también corren el riesgo de perder los fondos de sus depositantes.
El gobierno de EE.UU. y los Bancos Centrales europeos han tomado medidas para evitar que la crisis alcance mayores proporciones, pero es temprano para saber cuál será el alcance real.
Sin embargo, ya llevamos lecciones aprendidas: la falta de regulaciones en un mundo globalizado nos expone a que las crisis locales tengan efectos en el resto del mundo.
Celso Marranzini es empresario
http://www.elcaribecdn.com/articulo_multimedios.aspx?id=189045&guid=1EA177F0C9A14715B9A363BB661CEEFA&Seccion=134
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