Por Ruddy L. González miércoles 17 de septiembre de 2008, 04:57:41 PM (AST)
La visión tan ‘cortoplacista’ que practicamos la generalidad de los dominicanos nos impide ver más allá de nuestras propias narices, de adelantarnos al día a día, visualizar -y actuar- de cara a las realidades. De ahí el porqué se hace tan difícil la solución de muchos de nuestros problemas cotidianos. Nos conformamos -y satisfacemos- con la crítica alegre, sin medir las consecuencias y generalmente sin aportar nada, menos soluciones. Los ejemplos sobran.
En julio pasado, el presidente Fernández planteó que el desequilibrio mundial que ha producido la inestabilidad, hacia el alza, de los precios del petróleo, era una situación insostenible porque obedecía a la especulación de grupos de corredores de bolsa que se han encargado de inflar los precios, con ventas irreales, solamente realizadas en papeles.
Y fue más lejos cuando pronosticó que un movimiento para enfrentar esas acciones especulativas provocaría una drástica caída de los precios del petróleo y que el nivel ‘realista’ del mercado, tomando en cuenta los factores de presiones económicas que acusan las grandes naciones -Estados Unidos principalmente- y la guerra, oscilaría alrededor de US$100 el barril.
La oposición irracional y un empresariado inmediatista y afectado por ‘enanismo mental’ se burlaron de Fernández y atacaron duramente su intención de intervenir internacionalmente para denunciar y enfrentar esa especulación.
Apenas unas semanas después -y luego de que el petróleo tocara la barrera de los US$150 el barril- el precio se ha desplomado consistentemente y hoy ronda por debajo de los US$100.
De todas maneras, aunque convencido de su análisis y perspectiva sobre el mercado del petróleo, el presidente Fernández anunció una serie de medidas, algunas de las cuales -como el control del gasto y las inversiones públicas en lo que resta de este año - han comenzado a surtir efecto.
No basta. Deben ser implementadas con todo rigor las medidas de control de consumo de energía y combustibles, toda vez que el espanto que vivimos cuando el precio del petróleo parecía indetenible hacia los US$200 el barril debe servirnos de clarinada permanente en la lucha por desarrollarnos en una economía realista, ponderada y progresista. |
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