SANTO DOMINGO. Se acerca la fecha. La familia se llama, planifica y se reparte platos y responsabilidades. Es por mucho, de los días más esperados del año. Los pequeños de la casa saben que el Niño Jesús y los Santos Reyes se acercan... el sonido de los trineos y camellos se confunden con el olor del cerdo que lentamente se asa.
Muchas tradiciones se han perdido; cada familia se afana en crear las propias. Lo importante es el compartir dando gracias. Todo lo demás, viene por añadidura.
Pero también es época de estrés. En Santo Domingo, hace unos días no se sale a la calle más que para lo imprescindible; los tapones acaban con la gasolina y agotan la paciencia. Si deja para el último día sus compras de Navidad, se arriesga a comprar mal o llegar con las manos vacías. Por eso es que es importante planificarse, cocinar lo justo para que todos coman y se vayan satisfechos. Por otro lado, en este tipo de actividades, se mezclan todas las edades. Pensar en platos que gusten a todos es un verdadero reto.
La picadera: salvo que se trate de un cocktail, la picadera de inicio no debe ser más que un tentempié (salado preferiblemente) para acompañar las primeras bebidas. No pierda la cabeza sacando platos, porque si se llenan con esto, luego le dejan la cena. Algunas nueces con pasas, algunos quesos o pastas serán más que suficiente.
Las ensaladas: la rusa es insustituible, pero recuerde que por razones de salud, no todos toleran esas mezclas. Ofrezca de ser posible, alguna ensalada de hojas verdes mixtas. Si puede agregarle algunas nueces, dátiles y/o frutas frescas, aportará un toque festivo y fresco muy agradable.
Distinga entre platos principales y guarniciones: las segundas acompañan los primeros y no requieren tanta cantidad. Recuerde que sus invitados querrán probar un poco de todo, hasta que llenen el plato. Un pastelón mediano rinde muchísimo en una cena y los pasteles en hoja, que sean pequeños. Si no, córtelos a la mitad. Se desperdician muchísimo. Si su familia es muy tradicional, no se ponga a inventar con arroces de colores, pastosos o extravagantes. Estos tienen su gente y su momento. Tampoco es buena época para ampliar el acervo gastronómico de sus hijos.
Sobre las carnes: un trinche siempre es bonito visualmente. Solo necesita dos cosas: un buen cuchillo y un buen chef. Si le falta alguno de los dos, desperdicia muchísima carne o se rebana un dedo. Si no quiere complicarse mucho o si la pieza no es tan grande, lo ideal es que la presente fácil de servir. Previamente porcionada de ser posible. Gana tiempo en el servicio y evita desperdicios.
Postres: generalmente prestamos poca atención a este renglón. Después de tamaña hartura, algunos solo necesitan un toquecito dulce. Ofrezca las frutas y golosinas de la temporada y un licorcito o ponche de confección casera.
¿Y los vegetarianos?
Cada vez son más numerosas las personas que por elección o por salud han eliminado las carnes de su vida. Y debemos considerarlos en el menú. Los platos vegetarianos son nutritivos, vistosos y deliciosos y no llevan una etiqueta que los hace diferentes. De hecho, ¡ya los estás comiendo!
Los tienes en la ensalada, en las batatas glaseadas, en un arroz con vegetales o con pasas y almendras (verifica que no estás agregando grasas de origen animal en su preparación, ni sazonadores artificiales).
La castaña y las nueces gritan Navidad por los cuatro costados. Intenta con un asado de nueces (el famoso "nut roast" inglés) o unos quiches a base de vegetales, espárragos, hongos...
Con las castañas, mi buena amiga Ilana Benady, comparte un plato que suena muy rico: una cazuela que lleva castañas, cebolla, ajo, ajíes, champiñones y aceitunas verdes, sazonadas con bouquet garni, sal y pimienta negra. Dice que acompaña muy bien el arroz...
Si tiene dudas, docenas de páginas en Internet y recetas publicadas pueden ayudarle a enriquecer su menú navideño, integrando a todos los miembros de su familia.
¡Feliz Navidad, dominicanos y dominicanas!
himilcetejada@hotmail.com
Muchas tradiciones se han perdido; cada familia se afana en crear las propias. Lo importante es el compartir dando gracias. Todo lo demás, viene por añadidura.
Pero también es época de estrés. En Santo Domingo, hace unos días no se sale a la calle más que para lo imprescindible; los tapones acaban con la gasolina y agotan la paciencia. Si deja para el último día sus compras de Navidad, se arriesga a comprar mal o llegar con las manos vacías. Por eso es que es importante planificarse, cocinar lo justo para que todos coman y se vayan satisfechos. Por otro lado, en este tipo de actividades, se mezclan todas las edades. Pensar en platos que gusten a todos es un verdadero reto.
La picadera: salvo que se trate de un cocktail, la picadera de inicio no debe ser más que un tentempié (salado preferiblemente) para acompañar las primeras bebidas. No pierda la cabeza sacando platos, porque si se llenan con esto, luego le dejan la cena. Algunas nueces con pasas, algunos quesos o pastas serán más que suficiente.
Las ensaladas: la rusa es insustituible, pero recuerde que por razones de salud, no todos toleran esas mezclas. Ofrezca de ser posible, alguna ensalada de hojas verdes mixtas. Si puede agregarle algunas nueces, dátiles y/o frutas frescas, aportará un toque festivo y fresco muy agradable.
Distinga entre platos principales y guarniciones: las segundas acompañan los primeros y no requieren tanta cantidad. Recuerde que sus invitados querrán probar un poco de todo, hasta que llenen el plato. Un pastelón mediano rinde muchísimo en una cena y los pasteles en hoja, que sean pequeños. Si no, córtelos a la mitad. Se desperdician muchísimo. Si su familia es muy tradicional, no se ponga a inventar con arroces de colores, pastosos o extravagantes. Estos tienen su gente y su momento. Tampoco es buena época para ampliar el acervo gastronómico de sus hijos.
Sobre las carnes: un trinche siempre es bonito visualmente. Solo necesita dos cosas: un buen cuchillo y un buen chef. Si le falta alguno de los dos, desperdicia muchísima carne o se rebana un dedo. Si no quiere complicarse mucho o si la pieza no es tan grande, lo ideal es que la presente fácil de servir. Previamente porcionada de ser posible. Gana tiempo en el servicio y evita desperdicios.
Postres: generalmente prestamos poca atención a este renglón. Después de tamaña hartura, algunos solo necesitan un toquecito dulce. Ofrezca las frutas y golosinas de la temporada y un licorcito o ponche de confección casera.
¿Y los vegetarianos?
Cada vez son más numerosas las personas que por elección o por salud han eliminado las carnes de su vida. Y debemos considerarlos en el menú. Los platos vegetarianos son nutritivos, vistosos y deliciosos y no llevan una etiqueta que los hace diferentes. De hecho, ¡ya los estás comiendo!
Los tienes en la ensalada, en las batatas glaseadas, en un arroz con vegetales o con pasas y almendras (verifica que no estás agregando grasas de origen animal en su preparación, ni sazonadores artificiales).
La castaña y las nueces gritan Navidad por los cuatro costados. Intenta con un asado de nueces (el famoso "nut roast" inglés) o unos quiches a base de vegetales, espárragos, hongos...
Con las castañas, mi buena amiga Ilana Benady, comparte un plato que suena muy rico: una cazuela que lleva castañas, cebolla, ajo, ajíes, champiñones y aceitunas verdes, sazonadas con bouquet garni, sal y pimienta negra. Dice que acompaña muy bien el arroz...
Si tiene dudas, docenas de páginas en Internet y recetas publicadas pueden ayudarle a enriquecer su menú navideño, integrando a todos los miembros de su familia.
¡Feliz Navidad, dominicanos y dominicanas!
himilcetejada@hotmail.com
De Himilce Amelia Tejada
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