La Reforma Constitucional debe...

Quizás esta sea la última oportunidad de producir, por las vías institucionales, un proceso de transformaciones de ese nivel de exigencias

Por Pelegrín Castillo / El Caribe

Jueves 9 de octubre del 2008 actualizado a las 12:20 AM

La Reforma Constitucional debe procurar una política más legítima que garantice un Estado fuerte y funcional. De todos los cambios que deberán impulsarse en esa dirección, el más trascendental es el de la constitucionalización del servicio civil y la carrera administrativa.

No hay Estado moderno sin burocracia profesional y estable, si la función pública no es protegida de las agresivas prácticas de reparto del botín.

La reforma constitucional debe procurar una economía más productiva que reduzca el costo país, libere las fuerzas productivas, preserve el medio ambiente y los recursos naturales y potencie la capacidad de nuestro mejor recurso, el pueblo dominicano.

En este orden, el cambio más importante a perseguir será crear un nuevo fundamento constitucional de los órganos reguladores económicos, especialmente la Banca Central, y del instrumento principal de políticas públicas, el Presupuesto Nacional, que garantice su mayor eficacia, equilibrio, transparencia y control.

También se impone una nueva formulación constitucional del régimen de los monopolios y la competencia, que nos asegure que existan más empresarios de empuje que gente dispuesta a hacerse rica por cualquier medio.

La reforma constitucional debe procurar una mayor integración social que reduzca la brecha entre ricos y pobres, y acerque más a las regiones y sectores excluidos a los beneficios de la modernidad.

En este sentido debe imponerse una ampliación y fortalecimiento del régimen de los derechos ciudadanos con la incorporación, entre otros, de enunciados a favor de los consumidores, al disfrute de un medio ambiente sano, la preservación de los datos genéticos de las personas, el libre acceso a la información pública, así como el goce de los bienes y servicios propios de la era digital.

La reforma constitucional debe procurar un fortalecimiento de las bases misma de la Nación.

Resulta imperativo la eliminación del jus soli como criterio de atribución de la nacionalidad, el mejoramiento del régimen constitucional de la frontera terrestre, un estatuto más previsor sobre los recursos mineros, hídricos y de biodiversidad, así como una nueva definición territorial que integre los nuevos espacios marítimos y sus elementos naturales a una visión geopolítica más realista del Estado.

Existe un tiempo preciso para impulsar la unidad nacional capaz de hacer realidad los cambios requeridos para pasar las pruebas a las que estamos sometidos.

Quizás esta sea la última oportunidad de producir, por las vías institucionales, un proceso de transformaciones de ese nivel. Esta tarea reclama la participación de todos.

Pelegrín Castillo Semán es diputado FNP

http://www.elcaribecdn.com/articulo_multimedios.aspx?id=187477&guid=C8FC140C7C2B450192B5C8E052DF9C67&Seccion=134