Lic. Vinicio A. Castillo Semán - 11/23/2009
En esta coyuntura pre-electoral, he considerado oportuno recordar lecciones de una, para el país, amarga experiencia electoral vivida en el año 1998, en la cual modestamente fuimos testigos de hechos y circunstancias que determinaron los resultados que le otorgaron al Partido Revolucionario Dominicano el control total del Congreso Nacional y de los Ayuntamientos del país, y sirvieron de preludio al fatídico triunfo de Hipólito Mejía y su famoso PPH en el año 2000.
Lamentablemente, la cúpula del PLD que había llegado al poder dos años antes en el 1996 de la mano del Dr. Joaquín Balaguer y el Partido Reformista Social Cristiano, no tuvo la habilidad ni la astucia de mantener la unidad del victorioso Frente Patriótico. Los estrategas peledeistas cometieron el error histórico de menospreciar y minimizar la fuerza social y política que representaba el balaguerismo, lo que se tradujo en catastróficas derrotas sucesivas en 1998, 2000 y 2002.
Corriendo el mes de febrero de 1998, y avizorando lo que podía sobrevenir tres meses después, quien esto escribe, junto con un comunicador muy importante del país y un grupo empresarial de elevadísima incidencia, nos activamos tratando de buscar afanosamente la reedición de la alianza congresional y municipal PLD-PRSC. En esos aprestos logramos obtener personalmente del Dr. Joaquín Balaguer y de su entorno más íntimo, una propuesta que le hubiera permitido a estos dos partidos mayoritarios aplastar electoralmente a su contrincante Partido Revolucionario Dominicano en las elecciones congresionales y municipales de 1998.
Eufóricos por lo viable y correcta de la propuesta de alianza del Dr.Balaguer, ese importante comunicador y quien esto escribe nos apersonamos al despacho del amigo y gran estratega (ido a destiempo) don Miguel Cocco, designado por el Presidente Fernández junto a Danilo Medina como los enlaces políticos con la Máximo Gómez 25, para entregarle dicha propuesta. La respuesta de don Miguel nos dejó atónitos: “A nosotros en el PLD no nos interesa pactar con Balaguer y el PRSC en estas elecciones”. Tomándose un jugo con un Calimete, nos dijo: “Miren las encuestas.
El reformista apenas tiene un 8%. El PLD se lo ha chupado casi por completo”. Salí apesadumbrado del despacho del entonces Director de Aduanas.
Comunicándole la noticia a mi padre, Dr. Marino Vinicio Castillo, le relaté lo ocurrido, agregándole de inmediato que ese equivocado cálculo peledeísta sellaba el dominio absoluto del Congreso y los Ayuntamientos en manos del PRD y le aseguraba a este partido y a su entonces en ciernes candidato Hipólito Mejía, una clara victoria sobre cualquier candidato del PLD en el año 2000, cimentada en un claro e inteligente acercamiento perredeísta con el disgustado y menospreciado líder reformista Joaquín Balaguer, el que, a raíz de tal desplante, acuñó con la inolvidable doña Rosita Fadul, la frase con la que se estigmatizó por años al PLD: los famosos ‘comesolos”.
Ese error histórico del PLD le costó a ellos y al país muy caro. El Presidente Fernández, al acercarse el período electoral 2004-2008, con Joaquín Balaguer ya fallecido, entendió correctamente que no era posible un triunfo aplastante contra la reelección de Hipólito Mejía sin las fuerzas políticas, sociales y económicas (como bien dice don Euclides) representadas en el balaguerismo, que en ese momento encarnaban los dos Vicepresidentes vivos del caudillo reformista, don Jacinto Peynado y don Carlos Morales Troncoso.
Esa alianza del PLD, capitaneada por Leonel Fernández con el llamado Consejo Presidencial Reformista, rindió sus frutos, y la misma aplastó los infelices y descarados esfuerzos del pepehachismo gobernante de perpetuarse en el poder. En el 2006 y en el 2008 el Presidente Fernández mantiene y fortalece su alianza y la de su partido con el balaguerismo que, aunque fragmentados y sin cohesión interna, representaron igualmente la diferencia en las victorias de esas justas electorales.
Ahora que el Presidente Fernández no va a ser candidato presidencial en el 2012, se empieza a expandir con fuerza dentro del PLD el mismo criterio erróneo de 1998. Se mandan a hacer encuestas (a nuestro juicio manipuladas) que le dan la falsa sensación a la cúpula morada de que, en realidad, no se necesita la alianza con el Partido Reformista Social Cristiano. “Que ese es un partido succionado por el PLD, que apenas sacó un 4%”, y “que están obligados a apoyar al partido morado”. “Que no tienen otro camino”.
A nuestro humilde entender, este es un cálculo muy equivocado, que le puede costar de nuevo al país muy caro. Las fuerzas de ese balaguerismo en las diferentes provincias del interior no representan el 4% que sacó nuestro amigo Amable Aristy Castro. Esas fuerzas unificadas como lo están hoy en día en más de un 90%, con la estructura institucional denominada “franquicia”, dirigida por don Carlos Morales Troncoso, pueden ser la diferencia en la mayoría de los triunfos o las derrotas que se obtengan el próximo 16 de mayo.
Tal y como ocurrió en 1998, la alianza con el PRSC no sólo es fundamental para sellar el triunfo congresional y municipal de la justa venidera, sino para augurar que las fuerzas políticas que han interactuado juntas alrededor de los triunfos del Presidente Leonel Fernández puedan seguirlo haciendo en el año 2012, cuando éste no es ya candidato.
La derrota electoral de 1998 y todo lo que pasó después en el 2000 y 2002, tienen que ser objeto de reflexión por parte de la cúpula peledeísta.
Corren el riesgo inmenso, por no aprender de la experiencia vivida, de repetir los mismos errores, con las mismas fatídicas consecuencias, tanto para su partido como para la República Dominicana.
http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=122510
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