Lo más importante de la nueva Constitución dominicana es que provocó un amplio debate sobre los temas de la institucionalidad.
Redacción de Clave Digital
viernes, 6 de noviembre de 2009, 12:35 a.m.Hoy se cumplen 165 años de la proclamación de la primera Constitución Dominicana, la de 1844. El cumpleaños constitucional llega precisamente en el momento en que el país, a través de una Asamblea Nacional Revisora, ha aprobado una nueva Constitución, que deberá ser proclamada el 10 de diciembre de este año.
Lo más importante de la nueva Constitución dominicana es que provocó un amplio debate sobre los temas de la institucionalidad. Un debate que se produjo como nunca antes lo habíamos tenido. Y se puede afirmar que la ciudadanía conoce y domina hoy más temas, y se siente más cercana, a la Constitución que a cualquier otro documento de carácter político vigente.
El debate, que cubrió todos los aspectos relativos a los derechos ciudadanos, la nacionalidad, los roles políticos, la reelección y el papel de instituciones de servicio público, se convirtió en un ejercicio de ciudadanía que debe ser valorado.
Aunque se le critique, y mucha gente la sienta lejana, la nueva Constitución ha posibilitado un proceso que pocas veces se había en los asuntos de carácter político. Ante el Congreso Nacional se produjeron manifestaciones de los más variados sectores. El Consejo Presidencial para la Reforma del Estado realizó una consulta, no vinculante, sobre cómo debía ser la nueva Constitución. Los especialistas en derecho constitucional tuvieron la oportunidad de un ejercicio nunca antes permitido.
Los procesos de reformas constitucionales de 1994 y 2002 fueron en realidad para cambiar algunos aspectos de carácter electoral. La profundidad en el debate en esta nueva Constitución tuvo la oportunidad de crear conciencia, de acercar a los ciudadanos a los asuntos trascendentes, que tienen que ver con su vida cotidiana, y eso es parte de las ganancias que este proceso registra.
Al cumplirse un nuevo aniversario de nuestra primera Constitución, la de San Cristóbal, el país se encuentra en un proceso de maduración política e institucional, y con ciudadanos que exigen calidad en la vida pública, derechos de primera, segunda, tercera y cuarta generación, y un empoderamiento de organizaciones que en el pasado carecían de relevancia, como son las de la Sociedad Civil.
El momento es para congratularnos por el proceso constitucional que hemos vivido, y del que se desprenden ricas experiencias. Las próximas constituciones serán siempre mejores.
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