Un senador haitiano ha dado públicamente las gracias a los dominicanos por la acogida, protección y oportunidades que sus compatriotas reciben en nuestro país.
Rudolph Henry Boulus, que es citado como uno de los aspirantes a la presidencia haitiana, da las gracias porque aquí hemos permitido que más de 350 mil haitianos trabajen en la construcción, otros 300 mil en la agricultura, más de 30 mil estudiando en universidades y más cuatro mil en la industria hotelera.
También hay que citar ñañadimos nosotrosñ los centenares de parturientas haitianas que reciben tratamientos gratuitos en las maternidades de la capital y Santiago y los constantes esfuerzos que, en el orden internacional, despliegan las autoridades dominicanas en favor de ayudas sustanciales para el desarrollo y la democratización de Haití.
Un testimonio de este relieve, poco común pese a todo este abanico de protección y oportunidades, viene a resultar importante en estos momentos en que extranjeros y dominicanos, en una alianza macabra, esparcen sus mentiras y sus prejuicios ideológicos para denunciar al país como un campo de concentración donde se cometen los más execrables abusos y prácticas esclavistas contra nuestros vecinos.
Pocas veces se ha hecho patente una gratitud tan elocuente como esta, que no tiene pintas de responder a una salida aduladora o a una lisonja oportunista, en la que se reconocen las facilidades que esta nación ofrece a otro pueblo que sufre calamidades e incertidumbres, mientras aquí hay personajes y grupos de intereses, maniqueados desde el extranjero, intentando distorsionar la imagen del país para que sea susceptible de sanciones comerciales o políticas por sus presuntos “abusos” a los haitianos.
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