Escrito por: Álvaro Arvelo Hijo (informacion@elnacional.com)

República Dominicana y Cuba rompieron relaciones diplomáticas y consulares con motivo del triunfo de la revolución de Fidel Castro en enero de 1959.

Ese aislamiento entre las dos islas caribeñas duró casi 40 años, cuando el presidente Leonel Fernández tuvo el valor, desafiando poderosos intereses nacionales e internacionales, de restablecerlas en su primer período de gobierno: 1996-2000.

Esa acción valiente, decidida, consecuente, necesaria e histórica le provocó al presidente Leonel Fernández la reacción negativa de la extrema derecha del gobierno de los Estados Unidos y del poderoso exilio cubano, de manera principal de la otrora agresiva e influyente organización cubano-americana que fundó el doctor Jorge Mas Canosa, ya fallecido y sobreviviente de la invasión a Cuba conocida como “Bahia de Cochinos”.

Fue, repetido, una decisión de valor personal y de buen juicio político de parte del gobernante dominicano, en momentos en que República Dominicana pertenecía al ridículo grupo de apenas 5 naciones latinoamericanas que se negaban a restablecer relaciones con el régimen cubano.

El presidente Leonel Fernández es el mandatario dominicano que más ha proyectado el país en el plano internacional, logrando para la República Dominicana personalidad y carácter en el plano mundial, y para él un sólido prestigio que ha ido creciendo. Ha sacado el país de sus fronteras.

La listas de logros es larga, pero me quedo con el último viaje del presidente Leonel Fernández, periplo que abarcó Francia, Israel Egipto y los Estados Unidos.

Lo más importante y trascendente de esa jornada es el establecimiento de relaciones con la Autoridad Palestina, que no es otra cosa que reconocer la necesidad y el derecho de los palestinos de tener su Estado, como decidió la ONU en 1948, para que se formaran dos Estados, el que ya tiene 61 años, el poderoso y meritorio Estado de Israel y el que no se cumple del Estado Palestino.

Fue un gesto igual de valiente como el de 1996-2000 en el caso cubano, incluso en esta ocasión con mayores implicaciones mundiales, por las razones que todos conocemos. Con esa acción histórica, el presidente Leonel Fernández, y con él la República Dominicana, le dicen a todos que la diáspora palestina tiene el mismo derecho estatal que lo tuvo la diáspora judía.

Y de paso, el presidente Leonel Fernández convirtió nuestro país en el número 69 que reconoce a la República más joven del mundo, la de Kosovo; así como la realidad de la Libia de Kadafi que hoy reconocemos.

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