jueves, 27 de agosto de 2009

Las varas de la camisa

Escrito por: FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX (henriquezcaolo@hotmail.com)

En la República Dominicana hay muchísimas personas capaces de “terciar” en política. Individuos con excelente formación académica, con disciplina para el trabajo, “sentido práctico”, liderazgo natural, no participan en nuestra política. Se limitan a ver los toros desde la barrera. No se exponen a los insultos, calumnias, “bellaquerías”, propias de la política dominicana… y de toda política. No entran “a la gallera” para no recibir los consabidos picotazos. La política es “tan sucia”, se dice; no es actividad para gente seria.

“Yo no me meto en política porque entonces me harían la vida imposible”, es una expresión que se escucha a menudo, en boca de hombres muy bien dotados para dirigir, tanto personas como empresas. “Me ocuparé en mis propios negocios; he visto algunos amigos destruir “capitales sólidos” persiguiendo quimeras políticas. La política es rentable para quien no tiene nada que perder”. Sin embargo, numerosos empresarios dominicanos practican una “versión modificada” del credo que pregonan. Emplean la “estrategia” de los peones del ajedrez: avanzar de frente y “comer de lado”.

Creo que hay varios motivos legítimos para no entrar en las luchas políticas de los partidos. Es obvio que existen personas que no tienen vocación para el mando, la lucha social, la controversia pública. También hay gente que por su edad, estado de salud, situación familiar, no desea “meterse en camisa de once varas”. Todos estos casos merecen respeto, aquiescencia, comprensión. Cada persona debe saber bien a que carta poner su apuesta; a que proyecto, oficio, misión, “dedicar” su vida. Hay religiosos que “entregan” su vida al servicio de Dios, de los enfermos sin fortuna.

A medida que crezca la población será más probable que surjan jóvenes interesados en la política. Jóvenes que miren de frente las consecuencias sociales de “tenerle asco” a esa actividad “deleznable”, apropiada solamente para rufianes de los bajos fondos. Es saludable que la política tenga régimen “policlasista”; que intervengan en ella distintos tipos psicológicos. Dejar el campo libre a los depredadores es una forma de renunciar al desarrollo de las instituciones de derecho público. Es grave problema que nuestra sociedad contenga individuos a los que “avergüenza” hacer la política que les convendría. Asunto difícil de resolver; quizás mida once varas.

http://67.199.16.148/opiniones/2009/8/26/291043/A-PLENO-PULMONLas-varas-de-la-camisa

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