lunes, 21 de mayo de 2012

Gracias señor Presidente

 
SOGELA MARÍA CASTILLO SEMÁN
Se acercan las elecciones presidenciales y culmina el tercer mandato del doctor Leonel Fernández Reyna. Como dominicana, quiero expresar públicamente mi gratitud hacia él por haber dirigido los destinos de nuestro país de un modo tan digno y esmerado.

Recuerdo cuando en el año 1996 se firmara el Frente Patriótico. Tuve la dicha de asistir a aquel acto multitudinario donde el profesor Juan Bosch y doctor Joaquín Balaguer sellaran ese pacto para dejarle al país una opción de poder novedosa y acertada. Ellos eran sabedores del peligro que nos asechaba con la vuelta del  PRD, cuyo paso por el poder había sido tan siniestro y devastador. Aquellos hombres sabios, dedicados en cuerpo y alma al servicio de nuestra Patria, ya en el ocaso de sus vidas, decidieron deponer sus aspiraciones personales y señalar a quien pudiera dirigir dignamente los destinos de la Nación dominicana. Lo hicieron eligiendo a un hombre joven, inteligente y honesto, Leonel Fernández. Don Juan lo definió  como “una mina de oro”, y es evidente que acertó. Leonel Fernández asumió el poder con una maestría increíble. Gobernó  con la gentileza y la humildad que le caracteriza, sin cometer excesos ni atropellos. Con su talento y con una visión clara de desarrollo, supo llevar nuestro país por el camino del progreso.  En los mandatos del presidente Fernández y del Partido de la Liberación Dominicana se llevó a cabo un proceso sostenido de modernización y transformación de las instituciones públicas.

Se hicieron aumentos de salarios a maestros, militares, médicos y enfermeras. Se creó la Ley de Carrera Administrativa. Se auspiciaron programas de asistencia social que ayudaron significativamente a paliar la pobreza; se construyeron viviendas, escuelas, hospitales, presas, carreteras, elevados, metros, túneles y caminos por doquier.

En su paso como presidente, Leonel Fernández fue sembrando respeto, cultivando lazos de hermandad, paz y unidad entre todas las naciones. En el 2008 todos fuimos testigos de la manera acertada y sabia en la que pudo ser mediador para la paz de naciones hermanas como Colombia, Ecuador y Venezuela. Vimos con inmenso júbilo cómo con un emotivo apretón de manos se selló una paz que rebajaba la tensión en una grave crisis diplomática, cuyo desenlace pudo ser espantoso para toda la región.

En su afán de ser solidario le vimos exponer su vida en Haití cuando fue tiroteado junto a su escolta por una muchedumbre enardecida y convulsa que le repudiaba en una visita oficial que hiciera a este país hermano. Esto no fue óbice para que valientemente regresara una y otra vez, llevando la nobleza y la solidaridad del pueblo dominicano a esta Nación olvidada y empobrecida, especialmente después de que fuera destrozada por el aquel funesto terremoto. Le hemos visto  con agrado abogar y lograr el apoyo internacional para el pueblo haitiano. Le vimos con orgullo clamar ante las naciones la Asamblea de Naciones Unidas en contra de la especulación en los precios del petróleo y de los alimentos que pone en peligro la seguridad alimentaria, ahondando la miseria de los pueblos. Esta iniciativa tan necesaria fue respaldada por grandes líderes del mundo.

A pesar de todos sus méritos, vemos cómo desde algunos medios de comunicación, sin duda obedientes a intereses políticos y de otros litorales, no se cansan de desinformar. Pretenden, en vano, confundir a un pueblo que creen ignorante. Hacerle pensar que es culpa del gobierno la crisis terrible que hoy encara el mundo entero frente al desempleo y al colapso de la economía mundial.

Pero no, sus triunfos y sus luchas incansables quedarán plasmadas en la historia por siempre; en el recuerdo y el corazón de cada dominicano que ve en el presidente Fernández al abogado de sus mejores causas.

Yo particularmente, le admiro, porque le he visto sinceramente comprometido en la lucha contra del tráfico de drogas. Ese mal tan terrible que no solo está arruinando el futuro de nuestras juventudes, sino robando la paz y la seguridad ciudadana. Gracias doctor Leonel Fernández por su gallardía, su nobleza y  su firmeza. Esta es una lucha sin tregua, que habrá de seguir en la medida en que los dominicanos abran bien sus ojos y no permitan que nadie los lleve al error. La lucha contra el crimen ha de ser la razón principal para que cada dominicano se lance a las calles a derrotar todo lo que signifique el triunfo del crimen y el retroceso.

Sigamos adelante, de la mano de Danilo Medina, quien es un hombre honesto, valiente y capaz; de la mano de Margarita Cedeño de Fernández, quien ha trabajado como Primera Dama de la nación incesante y dignamente al servicio de la gente más necesitada, enarbolando valores y principios, la cual como mujer dominicana nos llena de orgullo.

Vamos todos a cerrar lo que el presidente Balaguer denominara “el camino malo”, camino de tantas inquietudes, sobresaltos, quiebras y miseria. Es hora de unidad nacional, es hora de arrimar el hombro y apoyar, no solo la mejor opción para el porvenir de nuestro pueblo, sino también para decirle a Leonel Fernández: ¡Gracias señor Presidente!

http://www.listin.com.do/puntos-de-vista/2012/5/11/232073/Gracias-senor-Presidente

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