Durante más de 20 años, el Partido Revolucionario
Dominicano y sectores afines han implementado una estrategia equivocada
respecto del abogado y político Marino Vinicio Castillo, Vincho, a quien
han confrontado a partir del resultado electoral de su organización.
Al cuantificar el desempeño de la Fuerza Nacional Progresista por debajo
de los cincuenta mil votos, el PRD y sus satélites han pretendido
situar la importancia del doctor Castillo en esa misma dimensión. Craso
error, pues la figura del doctor Castillo, en este caso, hay que
analizarla-salvando todo lo salvable, que es mucho- en un contexto
parecido al de Sócrates, el gran filósofo de la antigua Grecia.
Hasta ahora, a nadie se le ha ocurrido valorar la personalidad de Sócrates a partir de sus escritos, pues, como está demostrado, nunca escribió una línea que contenga su pensamiento. Sin embargo, y a pesar de eso, el peso doctrinal de Sócrates ha trascendido por casi treinta siglos conservando plena vigencia. Mucho más que hombres de su tiempo o menos distantes, quienes fueron prolíficos y hoy sus ideas son citadas ocasional y tangencialmente por eruditos.
El peso electoral del doctor Castillo-para aterrizar en el tema-no se puede medir por los votos de su partido, sino por la influencia que ejerce en sectores disímiles de la sociedad, para los cuales es referente moral de primer orden.
Ahora mismo Hipólito Mejía y sus voceros mediáticos persisten en el viejo error del PRD al juzgar el tamaño de la personalidad de Castillo. Y por igual volverán a equivocarse si creen que Vincho vale los votos que obtiene su partido, y no los miles que él hace perder al candidato que adversa.
Un político como Vincho Castillo vale más de lo que pesa.
Hasta ahora, a nadie se le ha ocurrido valorar la personalidad de Sócrates a partir de sus escritos, pues, como está demostrado, nunca escribió una línea que contenga su pensamiento. Sin embargo, y a pesar de eso, el peso doctrinal de Sócrates ha trascendido por casi treinta siglos conservando plena vigencia. Mucho más que hombres de su tiempo o menos distantes, quienes fueron prolíficos y hoy sus ideas son citadas ocasional y tangencialmente por eruditos.
El peso electoral del doctor Castillo-para aterrizar en el tema-no se puede medir por los votos de su partido, sino por la influencia que ejerce en sectores disímiles de la sociedad, para los cuales es referente moral de primer orden.
Ahora mismo Hipólito Mejía y sus voceros mediáticos persisten en el viejo error del PRD al juzgar el tamaño de la personalidad de Castillo. Y por igual volverán a equivocarse si creen que Vincho vale los votos que obtiene su partido, y no los miles que él hace perder al candidato que adversa.
Un político como Vincho Castillo vale más de lo que pesa.
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2012/4/26/119312/VISION-GLOBAL
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