El guión de la trama conspirativa denunciada por los gobiernos de República Dominicana y Haití, sin lugar a dudas lucía perfecta. Veamos en qué consistía: 1) Explotar un gran escándalo de corrupción que implicara al Presidente Martelly en un supuesto soborno de manos del Senador por San Juan Félix Bautista.
2) Esa denuncia será creída por la opinión pública, ya que es un hecho indiscutible que la empresa privada de Félix Bautista construye obras de importancia en Haití.
3) Buscar a una periodista de investigación como Nuria Piera, con un alto rating en la televisión dominicana. Entregarle a ella documentos hackeados de la computadora de Félix Bautista, que están en poder del PPH. Plantearle que se trata del “palo periodístico del siglo”, dándole plena seguridad a Nuria de que, aunque los documentos entregados no están firmados por nadie, ni son originales de nada, son fehacientes.
4) Tener cuidadosamente preparado, una vez Nuria lance la denuncia de soborno contra Martelly, todo un aparato mediático, muy bien orquestado (similar al que se usó en la campaña sucia contra la Primera Dama), para inundar las redes y unificar un discurso anticorrupción sobre la figura de Félix Bautista que domine el último trecho de la campaña electoral, de forma de opacar la figura esencial de la campaña del PLD, su candidato Presidencial Danilo Medina.
5) Tener un dispositivo mediático internacional para que periódicos como Le Monde de Francia se hicieran eco de la grave denuncia de soborno de Nuria.
6) Poner en marcha inmediatamente, con los conjurados de Haití, un plan de descrédito contra el Presidente Martelly, que culminara con su derrocamiento.
7) El escándalo de la caída de Martelly por un supuesto soborno de Félix Bautista, generaría una onda expansiva tan demoledora, que se llevaría de paso la candidatura presidencial el PLD y muy especialmente todo el prestigio internacional del Presidente Leonel Fernández, que a los ojos del mundo quedaría como “el hombre que corrompió al Presidente haitiano”, culpable de todo lo que pudiera suceder, una vez cayera.
8) El gran ganador, Hipólito Mejía, coronado por el pueblo dominicano el 20 de mayo, como el adalid del discurso anticorrupción, amplificado por su maquinaria de manipulación mediática.
El plan era perfecto; no tenía por qué fallar. Sólo que no contaron con que la poderosa y misteriosa Mano de Dios moviera los hilos insondables de sus designios para que toda esta malvada preparación saliera a la luz pública con lujo de detalles, nada más y nada menos que por la indiscreción de uno de los principales conjurados, el tristemente célebre Pepe Goico, quien a lo largo de las dos conversaciones que han sido divulgadas por los gobiernos de Haití y la República Dominicana, resalta que actúa por órdenes de “su jefe”, que no es otro que Hipólito Mejía Domínguez.
La conversación de Pepe Goico, a la que algunos han querido restar importancia, tiene todos los elementos para su incriminación en un atentado a la seguridad exterior de República Dominicana e interior del Estado haitiano.
Veamos: a) Pepe Goico llama a un empresario amigo y arranca sus palabras diciendo: “Me mandaron a llamarte”, prosiguiendo con claras y conminatorias incitaciones a hechos concretos de desestabilización contra el Presidente Martelly, teniendo como base el dato falso de soborno que el PPH le entregara a la periodista Nuria Piera, llegando a inquirirle: “Mi jefe quiere saber si tu amigo tiene interés o no en esto, porque ya es hora de que ese hijo de p. caiga”, lo que es respondido afirmativamente por su cómplice en Haití.
b) Pepe Goico lo conmina a venir a República Dominicana a preparar un expediente y documentarlo.
c) El designio de que el derrocamiento de Martelly aproveche a Hipólito Mejía es claro, cuando le dice: “...para que el de allá caiga y el mío, que es el tuyo, crezca aquí en el ambiente del discurso anticorrupción”.
La mano poderosa de Dios no solo logró que el complotado lo dijera todo, sino que esta cinta pudiera ser captada por los organismos de seguridad del Estado Dominicano, que existen por ley, que tienen presupuesto del Estado para eso, como todos los Estados del mundo y que precisamente una de sus funciones es velar para que conspiraciones como ésta no puedan concretizarse.
Los cómplices mediáticos de la trama diabólica están inconsolables; han tenido que salir de sus escondrijos, con pañuelos en las narices, a defender a Pepe Goico, quien ha admitido la veracidad de la conversación.
Sin embargo, los connotados periodistas parece que tienen tapones en los oídos. Por más que escuchan la grabación parecen no oírla, o no querer oírla.
Prefieren irse por la tangente, a cuestionar la legalidad de la intercepción telefónica.
Para ellos no es importante que se hable del derrocamiento y la caída de un presidente de Haití, ni lo que ello pueda significar, sino los derechos de privacidad de Pepe Goico para poder planear, con toda impunidad, un acto que hubiera podido generar una guerra civil en Haití, donde viven en la actualidad el Padre Aristide y Duvalier.
El Estado haitiano ha iniciado una investigación formal sobre la conspiración. Desde el punto de vista jurídico tiene plena competencia y según mis informaciones está barajando la posibilidad de pedir en extradición al Coronel Goico para investigarle. Para Estados Unidos, empeñado en la seguridad de Haití y de apuntalar su frágil democracia, es un hecho muy grave que haya un candidato presidencial en la República Dominicano interesado en derrocarle, el mismo que en el 2003 desde la Presidencia de la República alentó la conspiración de Guy Phillipe. La mano de Dios, reitero, develó la trama diabólica pepehachista.
2) Esa denuncia será creída por la opinión pública, ya que es un hecho indiscutible que la empresa privada de Félix Bautista construye obras de importancia en Haití.
3) Buscar a una periodista de investigación como Nuria Piera, con un alto rating en la televisión dominicana. Entregarle a ella documentos hackeados de la computadora de Félix Bautista, que están en poder del PPH. Plantearle que se trata del “palo periodístico del siglo”, dándole plena seguridad a Nuria de que, aunque los documentos entregados no están firmados por nadie, ni son originales de nada, son fehacientes.
4) Tener cuidadosamente preparado, una vez Nuria lance la denuncia de soborno contra Martelly, todo un aparato mediático, muy bien orquestado (similar al que se usó en la campaña sucia contra la Primera Dama), para inundar las redes y unificar un discurso anticorrupción sobre la figura de Félix Bautista que domine el último trecho de la campaña electoral, de forma de opacar la figura esencial de la campaña del PLD, su candidato Presidencial Danilo Medina.
5) Tener un dispositivo mediático internacional para que periódicos como Le Monde de Francia se hicieran eco de la grave denuncia de soborno de Nuria.
6) Poner en marcha inmediatamente, con los conjurados de Haití, un plan de descrédito contra el Presidente Martelly, que culminara con su derrocamiento.
7) El escándalo de la caída de Martelly por un supuesto soborno de Félix Bautista, generaría una onda expansiva tan demoledora, que se llevaría de paso la candidatura presidencial el PLD y muy especialmente todo el prestigio internacional del Presidente Leonel Fernández, que a los ojos del mundo quedaría como “el hombre que corrompió al Presidente haitiano”, culpable de todo lo que pudiera suceder, una vez cayera.
8) El gran ganador, Hipólito Mejía, coronado por el pueblo dominicano el 20 de mayo, como el adalid del discurso anticorrupción, amplificado por su maquinaria de manipulación mediática.
El plan era perfecto; no tenía por qué fallar. Sólo que no contaron con que la poderosa y misteriosa Mano de Dios moviera los hilos insondables de sus designios para que toda esta malvada preparación saliera a la luz pública con lujo de detalles, nada más y nada menos que por la indiscreción de uno de los principales conjurados, el tristemente célebre Pepe Goico, quien a lo largo de las dos conversaciones que han sido divulgadas por los gobiernos de Haití y la República Dominicana, resalta que actúa por órdenes de “su jefe”, que no es otro que Hipólito Mejía Domínguez.
La conversación de Pepe Goico, a la que algunos han querido restar importancia, tiene todos los elementos para su incriminación en un atentado a la seguridad exterior de República Dominicana e interior del Estado haitiano.
Veamos: a) Pepe Goico llama a un empresario amigo y arranca sus palabras diciendo: “Me mandaron a llamarte”, prosiguiendo con claras y conminatorias incitaciones a hechos concretos de desestabilización contra el Presidente Martelly, teniendo como base el dato falso de soborno que el PPH le entregara a la periodista Nuria Piera, llegando a inquirirle: “Mi jefe quiere saber si tu amigo tiene interés o no en esto, porque ya es hora de que ese hijo de p. caiga”, lo que es respondido afirmativamente por su cómplice en Haití.
b) Pepe Goico lo conmina a venir a República Dominicana a preparar un expediente y documentarlo.
c) El designio de que el derrocamiento de Martelly aproveche a Hipólito Mejía es claro, cuando le dice: “...para que el de allá caiga y el mío, que es el tuyo, crezca aquí en el ambiente del discurso anticorrupción”.
La mano poderosa de Dios no solo logró que el complotado lo dijera todo, sino que esta cinta pudiera ser captada por los organismos de seguridad del Estado Dominicano, que existen por ley, que tienen presupuesto del Estado para eso, como todos los Estados del mundo y que precisamente una de sus funciones es velar para que conspiraciones como ésta no puedan concretizarse.
Los cómplices mediáticos de la trama diabólica están inconsolables; han tenido que salir de sus escondrijos, con pañuelos en las narices, a defender a Pepe Goico, quien ha admitido la veracidad de la conversación.
Sin embargo, los connotados periodistas parece que tienen tapones en los oídos. Por más que escuchan la grabación parecen no oírla, o no querer oírla.
Prefieren irse por la tangente, a cuestionar la legalidad de la intercepción telefónica.
Para ellos no es importante que se hable del derrocamiento y la caída de un presidente de Haití, ni lo que ello pueda significar, sino los derechos de privacidad de Pepe Goico para poder planear, con toda impunidad, un acto que hubiera podido generar una guerra civil en Haití, donde viven en la actualidad el Padre Aristide y Duvalier.
El Estado haitiano ha iniciado una investigación formal sobre la conspiración. Desde el punto de vista jurídico tiene plena competencia y según mis informaciones está barajando la posibilidad de pedir en extradición al Coronel Goico para investigarle. Para Estados Unidos, empeñado en la seguridad de Haití y de apuntalar su frágil democracia, es un hecho muy grave que haya un candidato presidencial en la República Dominicano interesado en derrocarle, el mismo que en el 2003 desde la Presidencia de la República alentó la conspiración de Guy Phillipe. La mano de Dios, reitero, develó la trama diabólica pepehachista.
http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2012/4/16/228968/Una-trama-diabolica
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